CD. Mendoza.- La pintura en aerosol que se arroja sobre la corteza de un árbol altera los estomas, que son órganos a través de los cuales respiran, con ello los exponen a enfermedades y hongos, manifestó el presidente de CIMA, Graciano Illescas.
Indicó que lo anterior se debe a los químicos que contiene, pero ni así la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), se ocupa de sancionar ni reparar el daño que hacen los hombres a la naturaleza.
El representante del Consejo Intermunicipal Ambientalista (Cima), habló tras los daños a 17 ahuehuetes del Bosque de Galería del río Blanco, que fueron grafiteados por jóvenes ociosos.
Añadió que cualquier tipo de pintura, además de opacar la belleza de una planta, los pone ante el riesgo de enfermedades derivadas de los inconvenientes para respirar.
Mencionó que es como si se tratara de una persona con una sustancia corrosiva en la piel, “pintar árboles es un mal hábito que se deriva de la falta de conciencia, principalmente entre los jóvenes y más si se trata de una especie milenaria, como el ahuehuete que es emblemático de nuestro país”.
Consideró que se trata de un tema de sensibilidad con el medio ambiente.
Manifestó que los químicos también contaminan la savia, que para los árboles es como la sangre en el ser humano.
Illescas Téllez, añadió que al colocar sustancias nocivas en la corteza de las plantas, no sólo se le acorta su lapso de vida, sino que también se atenta contra la calidad de vida de las personas al dañar de esta forma los pulmones de la ciudad, por lo que no se debe repetir el hecho.