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Invasión de Irak, sin pruebas justificadas

Superiberia

LONDRES.- El Reino Unido no agotó todas las opciones pacíficas antes de invadir Irak en 2003, afirmó el miércoles John Chilcot, responsable de elaborar el informe sobre ese conflicto armado.

En una declaración en Londres, al publicar su muy esperado documento sobre el conflicto armado, Chilcot dijo que, en su día, la alternativa militar “no fue la última opción” disponible. 

Agregó que el ex- primer ministro británico laborista, Tony Blair, presentó como ciertas unas pruebas “no justificadas”, sobre la posesión de armas de destrucción masivas por parte del régimen del entonces presidente iraquí, Saddam Hussein.

Chilcot señaló que Blair -en el poder entre 1997 y 2007- se comprometió a aportar fuerzas militares antes de que se agotaran las alternativas pacíficas en el país árabe.

En su documento, de 12 volúmenes, Chilcot colocó el peso de la responsabilidad en Blair y desveló el alcance de su alianza con el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a quien en 2002 le prometió apoyo incondicional para invadir Irak.

“Estaré contigo pase lo que pase”, escribió Blair a Bush el 28 de julio de 2002, ocho meses antes de que sus dos países se embarcaran en un conflicto con consecuencias para Irak, Oriente Medio y para la sociedad británica, que condenaron numerosas manifestaciones por entender que la intervención no tenía una clara justificación legal.

Según el documento elaborado por este antiguo funcionario, las consecuencias de la invasión fueron subestimadas a pesar de que había “advertencias explícitas” al respecto y que la planificación de la situación en Irak fue “totalmente inadecuada”.

Entre otras cosas, Chilcot subrayó que la información de inteligencia utilizada para justificar la invasión fue “defectuosa”.

“Está claro ahora que la política sobre Irak se hizo sobre la base de una inteligencia defectuosa. Ésta no se cuestionó y debió hacerse”, explicó.

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