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El cambio

Superiberia

En la vida, lo único cierto e irrebatible es el cambio. Todo es movimiento, hasta en aparente suspensión o reposo. En la muerte, el cambio y el movimiento también están presentes. Cada día nuestro planeta gira en torno al Sol y nuestro sistema solar acompaña a la galaxia en su recorrido por el espacio infinito. Lo que aparenta estar quieto no lo está, pues le transforman la interacción con el entorno.

Para los griegos clásicos, el movimiento era cualquier tipo de cambio o modificación que puede sufrir una substancia. Por ello, el término más próximo a la comprensión griega del movimiento es el cambio en el concepto actual. La realidad cambia, se mueve. El mundo es suceso, la substancia es esencialmente dinámica. Esto es innegable para Aristóteles. Los ejemplos extremos son las cosas que pueden cambiar en otra cosa distinta: la oruga en mariposa, la semilla en planta, el huevo en pollo. 

Las personas todos los días cambiamos, aunque pase desapercibido. Mudamos células, aprendemos algo transformando biopsicológicamente nuestro ser; crecemos, engordamos, envejecemos; estamos alegres, molestos o tristes y con ello cambia nuestro panorama mental. En algo apenas sensible cambiamos cada día. A Aristóteles no sólo le interesa describir el cambio, el cómo ocurre; sino más bien explicarlo, como buen filósofo que fue. ¿Qué es el cambio, cómo es posible, por qué y para qué ocurre?

El problema filosófico le plantea a Aristóteles que “las cosas tienen que cambiar y no cambiar a la vez”, pues dejarían de ser la misma cosa, perderían su esencia. Ahora, “todo cambio supone pasar del no-ser al ser, y viceversa”. Si yo no sé leer, paso de no-ser lector a ser lector cuando he aprendido a descifrar las letras; o de ser ignorante de las letras a no-serlo (Sobre este punto: http://historiadelafilosofiaparacavernicolas.blogspot.mx/2012/12/como-es-posible-el-movimiento-y-el.html).

La concepción dualista de la realidad lleva a Aristóteles a presumir que las cosas cambian en un sentido; por ejemplo, de forma o de propiedades accidentales. Pero en otro sentido, permanecen siendo la misma cosa en la forma, substancia o materia. La semilla cambia en una planta, pero esa planta produce una nueva semilla de similar condición, en un ciclo que da idea de un mismo sustrato material. Entonces las cosas son, en un sentido, lo que ahora mismo son, pero en otro sentido, son lo que podrían “potencialmente” llegar a ser (Ibídem).

Aristóteles explica el movimiento y el cambio a costa de admitir un dualismo que seguramente trae muchos problemas a la comprensión actual. Pero el cambio es la forma más general del ser de todos los objetos y fenómenos, incluso de nosotros mismos. El cambio abarca todo movimiento y toda interacción, cualquier paso de un estado a otro.

Ahora, doblando la página, pensemos en otra forma de cambio: el de la sociedad.  El cambio social es “la variación de las estructuras de la sociedad conformadas por valores éticos y culturales, normas, símbolos y productos culturales, a causas de fuerzas internas y externas (multiplicidad de factores) en el devenir histórico, afectando la forma de vivir y de ver el mundo de quienes componen un grupo social…” (http://deconceptos.com/ciencias-sociales/cambio-social).

Numerosas ciencias sociales estudian estos fenómenos, como la Sociología, Antropología, Economía, Política, Historia y otras más. A lo largo del tiempo, los grupos humanos que han poblado la Tierra han estado sometidos a cambios. Las formas de vida y las instituciones sociales han evolucionado con mayor rapidez en los dos siglos pasados, pero no todas las sociedades han contado con los recursos para lograr un cambio que supere las expectativas anteriores de vida.

Luego entonces, no todo cambio social es para mejorar, aún cuando todo cambio ofrece las condiciones para mejorar y superar el estado de cosas anterior. Para que tal cambio ocurra, la sociedad debe tener una gran participación, o el gobernante una visión amplia del papel de estadista. Es un tema interesante que bien vale la pena volver a retomar más adelante.

gilnieto2012@gmail.com

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