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En una reunión de amigos

Superiberia

Nos reunimos en conocido café, el maestro Felipe Firou, asiduo lector de EL BUEN TONO y locutor retirado, junto con don Gerónimo, el inquieto constructor que tenía un buen tiempo de no saludar. Siempre es un gusto departir un rato con los buenos amigos. Felipe llegó muy puntual y al poco rato llegó don Gerónimo. Con el permiso de ambos, expongo sucintamente algunos de los comentarios que escuché.

Se habló del tiempo, del terrible cambio climático ocasionado por la acción humana, de la falta de interés por parte de los gobiernos del mundo por remediar el actual estado de cosas. El ciudadano común –dijeron–, es ignorante o indiferente ante estos hechos y no contribuye de manera consciente en el cuidado de su hábitat. El resultado es un planeta agonizante, con el clima alterado y los deshielos aumentando los niveles del mar.

Se habló de la familia. Felipe desahogó lo suyo. Le dolía la actitud de su nuera con la que no podían conciliar. “No le gusta que la visitemos –dijo–.Nosotros sólo deseamos convivir sanamente en familia.”  Siempre he pensado que en estos casos es mejor escuchar que opinar. Felipe continuó exponiendo su pena y finalmente dijo: “Tengo la impresión de que ella se guía por prejuicios, con poco sentido común, sin cuidar lo que dice. Tampoco cuida la relación familiar, pues favorece por completo a su familia por encima de la de su esposo”.

Todos guardamos silencio cavilando lo expuesto por Felipe, tal vez reconociendo que las relaciones de un nuevo matrimonio son dos modelos o más que se conjugan y la pareja tiene que asentar sus propias bases conforme viven y unifican cada una sus vivencias, su carácter, su modo de entender la vida y comprender el matrimonio. Mientras esto pensaba, comenzaron a hablar de política.

–La política está muy complicada en este momento –aceptó don Gerónimo–. Creo que con sobradas razones existe la inquietud, la inconformidad y la convulsión que tú y muchos más miran en la sociedad.

–En nuestra historia ha habido numerosos momentos de efervescencia social que las armas han pretendido resolver. Tales armas fueron sustituidas por la intriga, el rumor, la diatriba, extendidas hasta el infinito por las redes sociales. Muchos ciudadanos, confundidos, repiten como pericos lo que otros envían a través de las redes y no hay reflexión, ni análisis, ni discusiones con fundamento. Es el quinto poder, cierto, pero mueve el sentimiento y no la razón. Y eso es altamente peligroso para el destino venturoso del país.

–Bueno, las llamadas redes sociales conforman un sistema de comunicación rápido, efectivo, en tiempo real, sin fronteras ni espacio y con los límites que el propio ser humano se impone. Yo creo, maestro Felipe, que muchas veces no se utiliza de manera constructiva, pero las personas se comunican de tú a tú y en gran escala. No creo que ese sea el problema.

–Me refiero al mal uso y el impacto en la sociedad. Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad aceptada por muchos. Y esa supuesta verdad influye en el criterio y el actuar de las personas.

–Bueno, ese no es el punto de la discusión, es sólo una variable importante. Si la efervescencia social existe, Felipe, es por la irresponsabilidad de los gobernantes. Tal vez las redes sociales trasmitirían elogios si nuestro gobierno se dedicara a velar por el bienestar social y los servicios básicos. Y nos rindiera cuentas en qué se gasta el dinero de nuestras contribuciones. 

–Lo que dices es cierto. Un pueblo atendido, que tiene confianza en el gobierno y sus instituciones, es un pueblo participativo y feliz.

–Quienes nos gobiernan deben entender de una vez por todas, maestro Felipe, que la sociedad evoluciona, se perfecciona y se vuelve exigente. La mayoría de los políticos actúan como conquistadores y se cobijan en la inmunidad vergonzosa que les otorga el cargo para hacer de todo, menos cumplir los mandatos para los cuales resultaron electos.

–Tiene razón don Gerónimo. Quizá el pueblo comienza a observar cosas que antes no veía o no le interesaban. Todo lo dejaron al omnipotente arbitrio de los gobernantes. Y hoy quiere participar, saber qué hacen sus políticos. Y los quiere ver actuar a favor del bien común de la sociedad. Nuestro pueblo está madurando social y políticamente, no cabe duda.

gilnieto2012@gmail.com

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