Nogales.- El cuerpo de una persona del sexo masculino fue encontrado flotando en las aguas del Río Blanco que pasa por la localidad de Ojo Zarco, el cual tenía la cabeza cubierta con cinta canela y presentaba un avanzado estado de descomposición, estos hechos provocaron una fuerte movilización por parte de varias corporaciones policiales de la zona, así como de autoridades ministeriales.
El hallazgo fue realizado por varios habitantes del lugar conocido como Los Ahuehuetes, quienes señalaron que un fétido olor salía de debajo de un puente que se ubica a un costado de la carretera federal Tehuacán-Córdoba, por lo que de inmediato acudieron a ver de lo que se trataba y observaron el cadáver de un hombre.
Fue a las 16:00 horas de ayer que pobladores de la referida localidad, alertaron a la Policía municipal de Nogales sobre la presencia del cuerpo de un hombre, el cual estaba atorado entre troncos que bloqueaban el paso del afluente a la altura de un conocido salón de fiestas del lugar.
De inmediato varias unidades de dicha corporación se trasladaron al punto para corroborar la información vertida, observando que el cadáver putrefacto de un hombre que vestía pantalón de mezclilla negro y una camisa negra, yacía sin vida flotando en las aguas del río que pasa por la referida localidad.
Al lugar también arribaron efectivos de la Fuerza Civil, quienes resguardaron la escena del hallazgo junto con policías municipales, en donde varios elementos de ambas corporaciones se desplegaron en los alrededores en busca de alguna persona sospechosa.
Poco después, el oficial al mando dio parte del hallazgo a la Fiscalía Regional de Nogales para que tomarán conocimiento de los hechos, por lo que minutos después la titular de dicha dependencia junto con policías ministeriales de Ciudad Mendoza y de los Servicios Periciales de la Fiscalía Regional, acudieron a la escena del hallazgo.
Cabe señalar que fue necesario que una brigada del cuerpo de bomberos de Ciudad Mendoza realizará el rescate del cuerpo del afluente, el cual fue llevado hasta unos matorrales en donde peritos forenses realizaron la recolección de indicios, mediante lo cual determinaron el estado de descomposición del cadáver.
Y es que el fétido olor que despedía el cuerpo era tal que se llegó a la conclusión de que este habría sido arrojado al río desde hace poco más de 20 días, por lo que tras concluir con las diligencias de ley, el cuerpo fue trasladado por personal de una conocida funeraria a sus instalaciones para que se le practique la necropsia de ley, a fin de determinar con presidios las causas de su muerte.