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DE-BAT-IDILLO

Superiberia

No hay que ser un experto para haber constatado que el debate entre los candidatos al Gobierno estatal que el domingo pasado organizó el Organismo Público Local Electoral (OPLE) fue una emboscada contra el abanderado puntero, según los sondeos demoscópicos, y así, el postulado por  la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares,  fue el blanco de un batidillo de lodo – descalificaciones y maledicencias- por cinco de los siete participantes.   Solo el candidato del Partido Movimiento Ciudadano, Armando Méndez de la Luz no se alineó al priista Héctor Yunes Landa en su ataque contra su primo y no le dedicó comentarios ni descalificaciones al panista.

¿Qué se entiende con eso? Fácil, la forma es fondo, dirían los propios ideólogos del priismo y al que más atacan es al que va a la delantera en la preferencia ciudadana. Otro signo que hay que tomar en cuenta es que si bien Yunes Linares  es rijoso por naturaleza, el domingo se abstuvo de responder la andanada de cuestionamientos y no cayó en la provocación. ¿Qué indica tal actitud tan moderada? Los especialistas en la mercadotecnia electoral aconsejan que al que lleva ventaja no le conviene involucrarse en la diatriba para no exponerse ni darle juego a sus contrincantes que buscan hacerlo que pierda la compostura públicamente.

Las escaramuzas de Yunes Landa, de Alejandro Vázquez Cuevas (PES), Alba Leonila Méndez (PT), Juan Bueno Torio (“independiente”) y hasta del candidato de Morena, Cuitláhuac García por llevarlo al templete boxístico no funcionaron. No hubo respuesta del aludido. Entonces,  ¿alguien ganó el debate? Ningún analista le levanta la mano a nadie. El que perdió, dicen, fue el gobernante en turno que se llevó todas críticas y descalificaciones de los debatientes, fue el más atacado después de Yunes Linares.

Claro, el funcionario estatal no estará en las boletas pero todos saben que su desempeño es un factor de triunfo o derrota para el candidato de su partido. En pocas palabras, el debate del domingo pasado sirvió a la ciudadanía como un indicador de cómo están las cosas a un mes de los comicios: para conocer a quién golpean para tirarlo del primer lugar y quiénes son los aliados en la disputa electoral. Ahora sí, como dijo el evangelista: el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga.

 

NO QUIERE VIVIR EN EL ERROR

 También en el tema electoral, finamente se confirmó la versión filtrada a los medios de comunicación desde hace un par de semanas: el cordobés Gerardo Buganza Salmerón nunca fue “independiente” como pretendió hacer creer a la opinión pública al buscar una candidatura por esa vía, ahora se convertiría en diputado local por la vía plurinominal, es decir, sin desgastarse en buscar el voto ni ser electo en las urnas. Es sabido que los cargos de representación proporcional son ‘pago de favores’ u obsequios de los grupos de poder vigentes.

Ayer la dirigencia estatal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que va en alianza con el Revolucionario Institucional, anunció que su propuesta para ocupar el primer lugar en la lista de candidatos a diputados plurinominales es precisamente Buganza Salmerón, al que llamó “candidato ciudadano” como para ‘taparle el ojo al macho’, dirían los viejos del pueblo.  ¿Y quién maneja al PVEM en Veracruz?. Acertaron, el impresentable exgobernante estatal, hoy cónsul vergonzante en Barcelona.

Ello  comprueba que Buganza nunca fue independiente ni nunca estuvo desligado de lo que él mismo llamó “la mafia del poder”. La alianza del cordobés con el innombrable es sólida y de largo plazo, inició allá en el 2004 cuando el expanista renunció a la resistencia civil por el fraude electoral y se sentó a negociar con el priista.  Ahora sí que el señor Buganza le hace honor a esa frase hecha por el burócrata tuxpeño César Garizurieta: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. El “tlacuache” Garizurieta, como le conocían, se suicidó cuando quedó desempleado de las oficinas gubernamentales. Seguramente para evitar tal tentación que ponga en riesgo su fervorosa alma, Buganza aceptará la postulación del PVEM.

 FUENTE OVEJUNA

Sucedió en un pequeño pueblo de la Córdoba española, en tiempos de los Reyes Católicos. Una noche del mes de abril de 1476, los de Fuente Ovejuna se congregaron para dar muerte a Hernán Pérez de Guzmán, comendador mayor de Calatrava, por los muchos agravios que les había hecho. Entraron en su casa y le mataron a pedradas. Al lugar fueron enviados jueces investigadores que interrogaron a muchos de ellos (los sublevados), hombres y mujeres, y lo hicieron  incluso bajo tortura, pero no les pudieron sacar más palabras sobre los responsables del ajusticiamiento que el dicho: “Fuente Ovejuna lo hizo”.

 Es el fragmento de la obra del escritor Lope de Vega, un relato que a más de medio milenio de haber sido escrito continua como un ejemplo de los dramas municipales y la justicia popular ante el mal Gobierno. En Veracruz, la Fuenteovejuna despertó también en el mes de abril en Soconusco, pequeño municipio en el Sur del estado que apenas si rebasa los seis mil habitantes y que desde hace tiempo está copado por la ola de violencia e inseguridad tolerada desde los centros de poder público.

Allí, los pobladores enardecidos se rebelaron a la práctica policial de simular la aprehensión y castigo de los  delincuentes. La turbamulta se arremolinó para quitar a la policía municipal un detenido, responsable de cometer atracos en el pueblo, y eso derivó en una noche de refriega, de enfrentamiento entre ciudadanos y gendarmes.  ¿Cómo es posible que al delincuente se le proteja y al pueblo lo reciban a balazos? Pues sucedió en Soconusco, un botón de muestra de la ingobernabilidad que hay en Veracruz.

El saldo: un lugareño  muerto mientras que  los policías, atacantes de la población,  junto con el infractor, gozan de cabal salud y protección de las leyes. ¿El mundo al revés?  Sí, y es  el sello del sexenio: represión gubernamental para aplacar el  hartazgo ciudadano. Y en  la entidad hay muchos Soconuscos que todavía no estallan aunque la presión hierve entre sus habitantes.  Ahí cerca, en Coatzacoalcos,  donde explotó una planta de Pemex, los lugareños apedrearon una camioneta donde supusieron que viajaba el gobernante en turno, y el presidente Enrique Peña Nieto.

En diciembre del 2014 en el puerto de Veracruz  un hombre fue linchado en la colonia Valente Díaz al ser, supuestamente, confundido con un ladrón. Hace apenas un par de meses otro ladronzuelo fue asesinado por la turbamulta en la colonia Lindavista. Esto solo por citar algunos ejemplos del resorte de la Fuenteovejuna, la justicia por mano propia, y a eso hay que sumar las organizaciones de guardias comunitarias en las zonas rurales y los ‘vecinos vigilantes’ en las barriadas urbanas.

Pero la Fuenteovejuna de Lope de Vega, no hay que olvidarlo, escarmenó al representante de la autoridad, corrupto y abusivo, no a delincuentes comunes y hoy en Veracruz los ‘comendadores’, los pillos de amplio filón, desde la policía coludida con el crimen hasta los agentes del ministerio público y jueces corruptos, y otros más en las esferas de Gobierno, siguen  intocados. 

A Veracruz le urge que despierte la gran Fuenteovejuna, una acción ciudadana generalizada para castigar a los corrompidos servidores públicos. No se les puede linchar, claro, aunque miles quisieran hacerlo –por lo menos montarlos en burro y pasearlo por las calles-. No, el castigo deberá ser por la vía comicial. La Fuenteovejuna debe manifestarse en las urnas y con el voto propinarles una tunda que resuene en la historia local.

 CHERNÓBIL

 Ayer martes se cumplieron 30 años de la explosión en la central nucleoeléctrica de Chernóbil, en Ucrania, considerada una de las mayores catástrofes atómicas del mundo – junto con el accidente en la planta de Tres Millas, Estados Unidos en 1979 y Fukushima, Japón en el 2011- y cuyo saldo mortal no deja de aumentar a más de tres décadas. A la fecha se calcula que unas 100 mil personas han muerto de diferentes tipos de cáncer sin contar con cientos de miles de desplazados de sus pueblos que hoy son lugares fantasmales por la contaminación radiactiva.

Pues bien, el accidente de Chernóbil pareciera un caso lejano a Veracruz por no es así. Dos cosas lo relacionan con las tierras jarochas. Una, que aquí hay un riesgo permanente de padecer un accidente similar porque se tiene a la nucleoeléctrica de Laguna Verde, en el municipio de Alto Lucero y dos porque la radiación escapada de Chernóbil llegó hasta tierras veracruzanas y provocó muertes. No se sabe cuántas personas murieron porque el Gobierno trató de ocultar el caso y escondió las investigaciones porque también fue producto de la corrupción gubernamental.

¿Cómo sucedió tal cosa?. El Gobierno Federal  a través de la desaparecida Conasupo, el sistema de tiendas para abasto popular, compró a la compañía  Irish Dairy Borrad 45 mil toneladas de leche en polvo provenientes de la producción vacuna de Irlanda, la cual fue contaminada por la nube radiactiva que recorrió el norte de Europa en 1986, el año del accidente, y está leche llegó al puerto de Veracruz en tres barcos durante 1987. Al menos 28 mil 300 toneladas de leche se distribuyeron en tiendas por todo el país y las consumieron las personas que seguramente desarrollaron algún tipo de cáncer sin saber que el origen de ese padecimiento fue la leche adquirida en tiendas Conasupo. Fueron, obviamente, personas de escasos recursos que acudían a las tiendas de subsistencia popular.

En Veracruz se descubrió que el cargamento de leche radiactiva porque varios marinos de la Tercera Zona Naval con sede en el puerto de Veracruz enfermaron por consumirla de esos barcos que atracaron en los muelles. Después, en el municipio de Acayucan, al Sur de la entidad, se encontraron enterradas varias toneladas del producto lácteo en un lote rural donde las trataron de ocultar los funcionarios responsables de Conasupo y Liconsa cuyo director era Raúl Salinas, hermano del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. Por supuesto, tal crimen quedó sin castigo.

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