Cd. Mendoza.- La CIVSA y toda la industria textil sufrieron los embates del neoliberalismo con las crisis y devaluaciones en tiempo del presidente, Carlos Salinas de Gortari, una a una fueron cerrando sus puertas, declarándose en quiebra y dejando en Ciudad Mendoza, Nogales y Río Blanco una estela de preocupante desempleo.
En 1991 los empresarios, dueños de la CIVSA, despidieron injustificadamente a 56 trabajadores del tercer turno, más de 600 en apoyo a sus compañeros se declararon en huelga el 19 de agosto de ese año.
A lo largo de esos días, el pueblo y comercio de Ciudad Mendoza se volcaron en apoyo al plantón de los obreros, porque los textileros eran quienes mantenían gran parte de la economía local.
Durante cinco semanas los trabajadores resistieron la huelga en la puerta principal de la fábrica Santa Rosa, sin embargo, la madrugada del 26 de septiembre la fuerza pública irrumpió desalojando el plantón, golpeando y encarcelando a obreros, hubo una persona que fue asesinada.
Dicho desalojo se dio en tiempos del Gobierno interino de Dante Delgado, contando con el aval de la entonces alcaldesa, Aidé Reyes Ramos —hija del músico sindicalista a nivel nacional, Venustiano Reyes (Venus Rey)— quien no frenó la intervención de la Policía estatal.
A partir de esa fecha hubo represión contra los asalariados, momentos de conflicto e incertidumbre invadieron la ciudad y los dueños dejaron en la calle a más de 600 familias de la región.
En los primeros meses del conflicto hubo acercamiento con muchas organizaciones, fue el caso de la ex Ruta 100 de la Ciudad de México quienes les otorgaron apoyo moral, económico y jurídico, pero después los vendieron
