Córdoba.- La fosa clandestina número 13 fue detectada ayer por la Brigada de Búsqueda de Personas Desaparecidas, en un predio de la congregación El Porvenir en Córdoba, donde estiman que podría haber más de 10 personas calcinadas, ya que se encontraron restos como un fémur, una clavícula y vértebras, además de 10 cierres y el botón de un pantalón.
Esta nueva fosa registró varios hallazgos y se localiza a unos cuantos metros de las primeras 12, en San Rafael Calería, donde aún trabaja personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Policía Ministerial mantiene el lugar en custodia.
La brigada rompió vínculos con la Fiscalía General del Estado porque la dependencia gubernamental apresuradamente emitió un comunicado la semana pasada, a unas cuantas horas del hallazgo, mismo que desconoce el delegado regional, porque aún no proporcionaban un dictamen sobre los estudios en el lugar.
El hallazgo que realizaron ayer los buscadores, lo efectuaron luego de escarbar un pozo. Fue cerca del mediodía cuando detectaron los primeros huesos: un fémur y parte de uno o varios cráneos, y mientras más escarbaron fueron localizados otros más como huesos de pelvis y clavícula, lo que dio la certeza de que son humanos.
Algunos huesos del cráneo ya están partidos y calcinados, pero otros como fue el fémur se ve a simple vista de un color café, mientras la pelvis conserva su color e incluso su forma, que en las orillas tiene quemado.
Este lugar fue señalado a través de un aviso a los miembros de la brigada, quienes ayer desde temprana hora acudieron a realizar las acciones para detectar la fosa, y escarbaron más de dos metros, encontrando los huesos, los cierres de la ropa, y un botón de pantalón. Este hallazgo lo reportaron a la Procuraduría General de la República (PGR), y protegieron el lugar en espera del arribo de las autoridades, pero señalan no existe interés en localizar a los desaparecidos.
Con su experiencia como buscadores en fosas clandestinas, marcaron y acordonaron el área para su protección, utilizando guantes escarbaron la tierra y fueron separando los huesos, mismos que protegieron con material adecuado para la entrega oficial para su investigación. Al término de la investigación que realizaron, efectuaron una oración ante los huesos, todos tomados de la mano y guiados por una madre de familia, expresaron “Padre en esta tarde te damos gracias, tú nos cuidas; que estas personas que encontramos tengan su descanso eterno y nos permitas que regresen a sus hogares. Se ablanden los corazones de nuestras autoridades, sabemos que no nos abandonas y eres nuestra protección”.
Los brigadistas no cuentan con más apoyo que las palas, picos y sogas, mientras que la seguridad sólo se las proporciona una patrulla de la Policía Federal que llegó cinco días después de que la brigada arribó a Amatlán. Aún así, la Brigada sigue encontrando fosas en Córdoba.
