Ciudad del Vaticano.- Revestido con ornamentos rojos y con el báculo llevado por un ayudante, el Papa Francisco ofició la misa de Domingo de Ramos como inicio de la Semana Santa, en la Plaza de San Pedro. En la celebración, el sumo pontífice recordó la entrada de Jesús a Jerusalén e invitó a los cristianos a no dejarse llevar por la violencia, la corrupción ni la injusticia.
Terminado el rito, el Papa abordó del Papamóvil y recorrió la plaza de San Pedro en medio de miles de creyentes que asistieron con palmas y ramos. En medio de aplausos y vivas, el Papa descendió de su vehículo para bendecir a niños y enfermos. Sin embargo, también tuvo la oportunidad de acercase a un grupo de latinoamericanos con los que conversó en español.
Agencias