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EL TERRORISMO ‘LEGAL’

Superiberia

“Rezan de corazón y rezan de buena fe/ pero también reza el hombre cuando viste el uniforme/ para ir a bombardear a los niños de Vietnam” es una canción de protesta llamada No basta rezar que se entonaba clandestinamente en  países de América Latina durante los años setenta, en plena Guerra Fría, cuando las dictaduras militares diezmaban a la población. Esas dictaduras ejercían el terrorismo de Estado a petición directa de Estados Unidos, la gran potencia económica y militar de la época. El terrorismo, pues, no es cosa extraña en América Latina aunque hoy se hable de esa palabra y se le relacione con el Medio Oriente, África y Europa. 

 “La Guerra Santa (Yihad) de hoy es una respuesta a la guerra que los infieles han enarbolado contra nuestros pueblos en su ambición por apoderarse de nuestras riquezas y que para eso han sembrado muerte y lágrimas que empapan la tierra”, decía en el 2006 un lema radical de Ankara, Turquía. Lo que sucede en el mundo es que el terror se está combatiendo con más terror y es el efecto de causa: Estados Unidos y los países europeos llevan siglos ejerciendo el terrorismo contra países a los que desean controlar y, claro, despojar de sus riquezas, especialmente los hidrocarburos. 

Hoy Europa, especialmente Francia y Bélgica llora a 175 víctimas de los atentados perpetrados en los últimos catorce meses -14 en el ataque del 7 de enero en París contra el semanario Charlie Hebdo, 130 en los del 13 de noviembre del 2015 y 31 fallecidos en los ataques en Bruselas, el martes pasado- pero en ese mismo período de tiempo han perecido más de 4 mil personas en atentados terroristas en Beirut, Simalía, Turquía, Chad, Camerún, Nigeria, Irak, Yemen, Túnez, y Kenia, que no ocupan espacios considerables en la prensa internacional. Lo anterior sin contar con más de 3 mil personas ahogadas en el mar Mediterráneo que huyen masivamente de la violencia terrorista en el Norte de África y Medio Oriente. 

La actividad de organizaciones terroristas ligadas al islamismo radical, llámense Al Qaeda, Estado Islámico o Boko Haram, por citar las más sangrientas, tuvieron alguna vez trato con occidente. Fueron parte de la estrategia de Estados Unidos y sus aliados europeos en la Organización del Atlántico Norte (OTAN), para detonar conflictos bélicos internos que debilitarán los gobiernos de esos países y también la influencia de Rusia. 

Siria es el ejemplo más reciente, ya que es la sede del Califato del Daesh o Estado Islámico, organización costeada por esos mismos países occidentales para derrocar al presidente Bachar Al Assad, socio estratégico de los rusos, ¿Cuántos han muerto en Siria desde el 2011 cuando comenzó la guerra interna azuzada por occidente? Se estima que 470 mil personas, es decir, el 11 por ciento de la población ya no existe, y de ellos 50 mil eran niños menores de 12 años. La cifra se engrosó desde noviembre del año pasado cuando se intensificaron los bombardeos de Francia y otras naciones como respuesta a los atentados de París. 

¿E Iraq? Otro caso emblemático pues ahí se organizó una guerra basada en mentiras. En el 2003, una coalición de países de la OTAN encabezada por Estados Unidos, Inglaterra y España invadió Iraq para derrocar al presidente Saddam Hussein bajo la consigna que amenazaba al “mundo libre” con armas químicas y de destrucción masiva, una versión que fue falsa. En el 2013 tras una investigación de alto nivel sobre los supuestos informes que recibió el Gobierno de Gran Bretaña y que hizo que el primer ministro Tony Blair urgiera a una invasión bélica, se comprobó que nunca existieron tales armas de “destrucción masiva”.  

Esa destrucción masiva la hicieron las naciones de la OTAN pues 1.9 millones de iraquís murieron por esa guerra de acuerdo a la Asociación de Investigadores sobre Genocidios de la Universidad de Manitoba, en Canadá.

 

CUALQUIERA ES TERRORISTA…

 Claro, no hubo castigo para Blair ni para los altos funcionarios de la CIA de Estados Unidos ni para George W. Bush el presidente americano ni para José María Aznar el presidente del Gobierno Español que armaron la treta. Y la estratagema no fue fortuita pues la verdadera intención nunca fue liberar al pueblo iraquí sino los ricos yacimientos de gas y petróleo en suelo de la antigua Babilonia.  

En Afganistán, donde ubicaron la sede de Osama Bin Laden, líder de los talibanes de Al Qaeda, responsable de los atentados a las Torres Gemelas en el 2001, perecieron 150 mil civiles, pero el trasfondo no fue vengar a los 3 mil fallecidos en el atentado de Nueva York sino apoderarse de las reservas de gas natural. En territorio afgano suman más de 400 mil personas fallecidas
hasta la fecha. 

La “guerra contra el terrorismo”, liderada por Estados Unidos -y secundada totalmente por países como Francia y Gran Bretaña- desde el 2001 en Medio Oriente y el Norte de África ha cobrado la vida de unos 4 millones de personas, considera el investigador británico Nafeez Mosaddeq. De hecho, Estados Unidos es el líder de invasiones y ataques terroristas en el mundo porque desde su independencia en 1776 ha emprendido guerras contra 70 países, 50 de ellas desde 1945 cuando inició la época de la Guerra Fría. 

Hoy en el mundo, la democracia es un referente global y el terrorismo es una de sus principales amenazas. Hay muchas definiciones sobre el terrorismo, la más simple y más acertada es la que dio el geo-politólogo Joseph Samuel Nye: “Terrorismo es el ataque deliberado en contra de inocentes con el fin de sembrar miedo y conseguir objetivos políticos o económicos”. Eso hacen organizaciones como el Estado Islámico, Al Qaeda y Boko Haram, pero eso también lo realizan Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y el resto de los integrantes de la OTAN. 

 La diferencia son los resultados en números de muertos, heridos y desplazados, los cuales son 100 veces más altos en los actos cometidos por los países occidentales que en la parte de las agrupaciones musulmanes. El economista español Jorge Valín sostiene que los ataques armados, invasiones, control de Gobierno y territorios por parte de los países occidentales se llama “terrorismo legal” y se hace en nombre de proteger la “seguridad nacional”, y en la práctica hacen lo mismo o incluso cosas peores que los terroristas simples. 

En el Medio Oriente y África están los malos, los enemigos de la democracia y el mundo libre, aunque, paradójicamente han matado a menos personas que los grandes aliados de la OTAN, “defensores” de la democracia y el “mundo libre”.  Los números no cuadran ni las intenciones tampoco. Y de pilón está el pretexto ideal que viene a colmar el cóctel del exterminio: las religiones, especialmente el Islam cuyo radicalismo salafista se ocupa de alimentar la Yihad y sirve perfectamente de pretexto para condenar a pueblos y naciones. 

El sociólogo brasileño definió muy bien lo que sucede en el mundo entre quienes se asumen con el derecho de ejercer ese ‘terrorismo legal’ y los que simplemente ejercen el terrorismo como un acto de defensa: “El verdadero conflicto de nuestro tiempo no es entre el Islam y Occidente, sino entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos, entre invasores e invadidos, y en una frase, es entre el capitalismo salvaje y la humanidad”. Cualquier ser humano puede convertirse en “terrorista” si amenazan sus intereses o habita en donde están esos intereses. 

LOS PORKYS  DE CÓRDOBA

 Otra vez Veracruz está inmerso en un escándalo por la falta de procuración de justicia con el caso de una jovencita privada de su libertad y violada sexualmente hace un año por cuatro juniors, hijos de familias pudientes y relacionados con la clase política, que siguen sin ser castigados. Ellos son Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta, conocidos como Los Porkys de Costa de Oro.  

A ellos también se les señaló en mayo del 2015 de estar involucrados en la violación y asesinato de Columba Campillo de 16 años que fue secuestrada cuando hacía ejercicio en el bulevar costero Manuel Ávila Camacho. Se dijo que sus padres los enviaron temporalmente al extranjero para evadir órdenes de aprehensión. Al mismo tiempo, la Fiscalía del Estado se apresuró a desmentir que los juniors estuvieran inmiscuidos en el homicidio, aunque la sospecha sigue vigente. 

Hoy son Los Porkys de Costa de Oro pero ayer fueron Los Porkys de Las Ánimas, en Xalapa que en el año 2001 mataron a golpes al adolescente Manlio Humberto Palomeque Ruiz, de 16 años, en las afueras de un salón de fiestas ubicado en la Torre Hakim. En ese entonces se aplicó lo mismo que en el caso de los ninis de Costa de Oro, los influyentes padres movieron los hilos de la complicidad y lograron que el procurador Pericles Namorado, ofreciera impunidad y de todos, sólo cuatro fueron inculpados penalmente y sólo dos detenidos años después, Alberto Navarra Velasco y Alejandro López Lule.  

 Del resto de los integrantes de la banda se borró la pista en los documentos ministeriales. Se ocultó la huella judicial porque su padres eran funcionarios del Gobierno de Miguel Alemán y políticos priístas. Los que se fueron al extranjero, se dijo, fueron los hijos del entonces director del DIF, Rafael Grajales, de Guillermo Zúñiga Martínez, ex alcalde de Xalapa y ex dirigente estatal del PRI, y del entonces Contralor de la entidad, Ricardo García Guzmán -hoy de nueva cuenta en la misma nómina-. 

La desvergüenza es que hoy al menos dos de Los Porkys de Xalapa son servidores públicos. Uno gobierna actualmente Xalapa, Américo Zúñiga, quien antes fue premiado con la Secretaría del Trabajo y una Diputación local, y otro Porky, Ricardo García Escalante, gobierna Pánuco y también ya ha sido legislador local. Por ese antecedente, Los Porkys de Costa de Oro no corren peligro sino que están en franco rumbo para convertirse en los próximos alcaldes, diputados locales o en secretarios de despacho. Comenzaron bien su carrera política porque en la concepción de los priístas y panistas, secuestrar y violar jovencitas o golpear salvajemente hasta la muerte a un adolescente no es un delito sino un mérito para ser futuros candidatos. 

En Córdoba también existe un grupo de Porkys que en mayo del 2013 violaron tumultuariamente a una adolescente de 14 años en las instalaciones del Club Casino Español. Son cuatro varones, también hijos de empresarios locales, a quienes la Fiscalía estatal protegió pese a que hubo una denuncia penal abierta en la Agencia Especializada en Delitos Sexuales y contra la Familia del sector Norte.  

Al igual que sucede con directivos del Colegio Rouger, donde estudian los chacales de Costa de Oro que intentaron detener en la prensa la noticia de la violación de la adolescente; en Córdoba, la directiva del club encabezada por Luis Miguel Pontón trató de encubrir los hechos y pese a las firmas reunidas que exigían la expulsión de Los Porkys y sus familias del club social, únicamente les suspendieron la membresía por un año. Hoy ya están de vuelta esos Porkys en el Casino Español.

Desde Palacio de Gobierno se ordenó darle impunidad a esos jóvenes violadores, uno de ellos hijo de Javier Carús, que en el año de los hechos era candidato a la sindicatura por el tricolor y por eso, la Fiscalía nunca sigue la denuncia de la víctima. Vaya, nadie dude que algún Carús u otro de Los Porkys de Córdoba pronto aparezcan en alguna boleta electoral o en alguna dependencia pública pues tienen buenos antecedentes para hacer carrera política: ya delinquieron desde adolescentes. 

 Por cierto, de colofón va un dato más para el asunto de Los Porkys del Puerto de Veracruz para comprobar la red de complicidades. El abogado defensor de los violadores es Edgar Cinta Pagola, coordinador regional de la Alianza Generación del candidato priista a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, y cuyo hijo está casado con una sobrina del abanderado.

¿Algún ingenuo cree que habrá justicia para la niña violada por esos juniors?

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