in

Sobrevive la jarciería

Superiberia

1

ORIZABA.- Con una tradición ancestral y cinco generaciones que se han dedicado a la jarciería, ahora la familia Ángel Martínez lleva a cabo esta actividad que se niega a morir en la ciudad, ya que continúa siendo un negocio para todo tipo de personas, pese a que muchos de los artículos es posible encontrarlos en centros comerciales, la gente prefiere adquirirlos en estos negocios al ser de origen artesanal y de municipios de la región.

“Orgullosamente pertenezco a una generación de comerciantes jarcieros, ya que todos los que nos dedicamos a este negocio pertenecemos a una familia llegada a esta ciudad hace más de 100 años”, dijo Raymundo Efraín Ángel Martínez, quien explicó que esta tradición tuvo su origen en el pueblo de San Cristóbal Xochistlahuaca, Oaxaca, lugar de donde es originario su padre, don Noé Julián Ángel López, quien en ese entonces llegaría a Orizaba muy pequeño acompañando a sus padres, que una vez instalados en la ciudad se dedicarían a este negocio.

“Le puedo decir que los negocios iniciaron con la familia de mi padre, mis abuelos, ya que actualmente, en la ciudad somos al menos cinco familias en esto”, indicó Raymundo Efraín.

“Aquí la gente puede encontrar frenos para caballos, comales, braceros, cazos, molcajetes, fundas para machetes, para limas, cajas de boleros, cacerolas, charolas de lámina y hasta monturas para caballo, todo ello tiene un origen diferente, porque nosotros lo compramos a los artesanos de la zona”, explicó.

Con la llegada de comercios y tiendas que venden de todo las jarcierías apenas van sobreviviendo, sin embargo, se niegan a desaparecer pues cuentan con la preferencia de la población, sobre todo de la proveniente de La Perla, Mariano Escobedo, Atzacan, Rafael Delgado, San Andrés Tlilapan y otros municipios, de los cercanos a Orizaba, “las ventas nos han disminuido con el paso del tiempo, pues ahora todos los supermercados venden escobas, cepillos, jaladores, jergas y hasta cuerdas, pero continuamos contando con la preferencia de nuestros clientes, a pesar de que las ganancias ya no son como antes, lo único que podría generar la desaparición de este negocio sería el que nosotros lo cerráramos, lo cual no creemos que ocurra pues tenemos apego familiar hacia el negocio, y mi padre que hoy cuenta con 94 años sigue mirándolo como su fuente de trabajo, acudiendo diariamente a atenderlo como lo ha hecho durante decenas de años”.

Raymundo es consciente y dice que este tipo de negocios representan una oportunidad de dinero para artesanos de la región, “en Orizaba son contadas las personas que sí nos surten lo que son artículos de lámina, aunque han ido dejando los oficios  o la gente se ha acabado; de Coscomatepec, nos llega todo lo referente a cuero, los metates, molcajetes y cosas de piedra las traen de El Seco, Puebla, sin embargo, son cada vez menos las personas que realizan trabajos artesanales, pero van como nuestro negocio, negándose a morir o desaparecer, tal vez estamos viviendo los últimos tiempos de este ramo comercial”, concluyó.

CANAL OFICIAL

¡Hola Orizaba!

Esperan repunte de venta de carnes