El Pacto por México y la iniciativa en materia de telecomunicaciones tienen que mostrar que llegaron para realmente cambiar al país.
Cumplió ya sus primeros 100 días el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Lo bueno: el ánimo de hacer y de lograr. Arrancando con el Pacto por México, el ver a las tres principales fuerzas políticas (y el satélite, el PVEM) sentarse, ponerse de acuerdo y trabajar en pos de una agenda, ha sido el primer gran logro de este gobierno.
Este ánimo ha sido nacional e internacional. En este segundo rubro, la dañada imagen de México ha cambiado. La narrativa sobre México es otra. Ahora somos el país del futuro, Thomas Friedman del New York Times dixit.
Pero no sólo él. Desde los diarios y semanarios europeos como El País, el Financial Times y el The Economist, la mención de México ya no es por motivos de inseguridad.
El mundo ve con expectativa el desarrollo económico de México y la visión del PRI marcada por la desconfianza y señalada antes más por su posible retorno al pasado autoritario parecen haber quedado atrás.
Lo que escriben y mencionan los medios internacionales no es La Biblia. Sin embargo, bienvenida es esta buena prensa, después de un largo periodo en donde México era igual a secuestros, narcos y asesinatos.
Andrés Manuel López Obrador ya no es referente e incluso ha perdido la capacidad de hacer señalamientos de peso contrarios al gobierno.
La captura de su aliada Elba Esther Gordillo lo dejó reclamando que éste fue solamente un golpe mediático.
La presentación y firma por parte no sólo del Ejecutivo, también de los principales partidos del legislativo de la reforma en materia de telecomunicaciones, lo dejó también sin la posibilidad de argumentar que la mafia del poder es la que mueve los hilos en el país.
Evidentemente dentro de lo bueno está el manotazo para arreglar la educación del país. La captura de Elba Esther fue una buena señal, pero mejor aún ha sido ver aprobada la reforma educativa y que las movilizaciones de los maestros contrarios al desarrollo de la educación del país han sido mínimas.
Todo esto es bueno… Y no es poco.
Lo malo: es que evidentemente apenas está arrancando el sexenio y tanto el Pacto por México como la iniciativa en materia de telecomunicaciones tienen que mostrar que llegaron para realmente cambiar al país.
Además, me parece que en el ámbito de demostrar que el Presidente no va a abusar de los recursos federales para beneficios personales habrá que tener mayor rigor. En estos primeros 100 días llamó la atención lo dado a conocer en materia patrimonial.
Pareció, ese sí, solamente un ejercicio mediático que al final dejó más claridad por lo poco que realmente se quiso dar a conocer, que por lo que sí se publicó.
Algo similar despertó el no explicado viaje a Punta Mita el fin de semana de la tragedia en Pemex. Se declaró luto nacional e inmediatamente después se dio a conocer que el Presidente y su familia habían salido a este hotel lujoso de puente. Al día siguiente, apareció Peña en evento en el DF.
Nunca se aclaró si, sí, se cometió ese error o no, pero ello demuestra un punto flaco que el actual gobierno necesariamente debe cuidar. Cuando de lujos personales, viajes y cualquier cosa que pueda parecer frívola se trate, para Peña será mejor pecar de precavido.
@AnaPOrdorica