Fortín.- Una tradición que se lleva acabo desde hace muchos años en las comunidades de Fortín y Naranjal son las denominadas cabalgatas, reuniones donde participan cientos de jinetes con su respectivo caballo o yegua con el fin de celebrar un evento en común.
En época pasadas, cuando estaba muy marcada la división de clases sociales en la localidad, la gente pudiente participaba en las cabalgatas previas al festejo principal, las damas de la mejor sociedad lucían atuendos propios de elegancia y distinción nuevos para la ocasión de la fiesta donde demostraban el poder que tenían en la sociedad, montadas en bellos corceles acompañadas de apuestos jinetes con trajes de época de mucha elegancia también de alcurnia.
Costumbre que se arraigo y al día de hoy las que conocemos como cabalgatas semejando a las damas antiguas, tenientes, capitanes y jarochas, pasando de generación en generación y siendo ya una tradición de antaño donde se han agregado otras vestimentas y otros tipos de cabalgatas como lo son de banderas y actualizadas como las de carros y para niños de caballito de palo. Atrás del contingente va el toro y muchas personas ataviadas de la vestimenta vaquera.
El pasado fin de semana se realizó una cabalgata la cual inició en la comunidad de Santa Lucía con destino a la cabecera municipal de Naranjal donde participaron alrededor de 200 jinetes.
Tanto hombres como mujeres participaron montados en sus caballos y yeguas a lo largo de más de 7 kilómetros, tradición y costumbre que aún en estos días ha logrado sobrevivir.
Aunque en esta ocasión el motivo principal fue los 15 años de Eduardo Muñoz Morales, quien estuvo acompañado de sus padres Antolín Muñoz Galán y Maribel Morales.
Al final del recorrido se efectuó un rodeo donde los asistentes pudieron ser partícipes del espectáculo.