Una vez develados los nombres de los dos candidatos a la gubernatura que realmente disputarán ese cargo – el priísta Héctor Yunes Landa y el panista Miguel Ángel Yunes Linares, éste último como abanderado de la coalición PAN-PRD- comenzó el ‘estira y afloja’ para definir a los contendientes por las diputaciones locales. La teoría política reza que hay cuatro puntos de inercia para arrastrar el voto ciudadano durante los comicios. Uno es el candidato a la gubernatura cuyo carisma puede beneficiar a los abanderados distritales acercándoles el sufragio masivo.
El otro es el propio candidato distrital cuando tiene liderazgo y aceptación local para obtener el voto y aportarle sufragios al abanderado estatal. El tercer factor es el partido y el cuarto, el gobernante en turno con las acciones y resultados de su administración que deben ser -en teoría- garantes del respaldo ciudadano.Pues bien, los dos últimos son puntos perdidos para los priistas veracruzanos ya que tan desprestigiado está el partido tricolor como el gobernante mismo. Ninguno es digno de presentarlos a los electores como argumentos para pedirles su voto pues lo que recibirán será el sufragio de castigo.
Entonces, ante tal calamidad solo queda apostarles a los candidatos a la gubernatura y en los distritos, como mecanismo para ayudarse mutuamente a recolectar el sufragio. He ahí la importancia de la selección de los aspirantes distritales y he ahí también la preocupación en el priismo porque desde palacio de gobierno se pretende dejar con fuero a varios de sus integrantes convirtiéndolos en diputados locales y lograr evitar que sean llevados a la cárcel por las tropelías cometidas. Los más evidentes, como ya se ha dicho, son el secretario del Trabajo, Gabriel de Antes que busca la candidatura en Zongolica y el Oficial Mayor de la SEV, Vicente Benítez que aspira en el distrito de San Andrés Tuxtla.
También el secretario de Turismo, Harry Grappa aspirante en Veracruz Urbano y el subsecretario de Finanzas, Juan Manuel del Castillo al que pretenden imponer en el distrito de Córdoba. A esta lista se sumaría el secretario de Desarrollo Económico, Erick Porres Blesa -emparentado con la familia Porres de Córdoba- que buscaría la postulación en Orizaba. Esos cinco en lugar de ayudar a Yunes Landa le acarrearían votos de castigo, además de que sus apuestas no son ganar con la voluntad popular sino comprarla con carretadas de dinero, surgidas -claro- del erario estatal.
La prioridad para ese quinteto no es comprar el voto para el candidato a la gubernatura sino a ellos mismos y el escenario es que ellos podrían ganar en esos distritos y Yunes Landa perder en los mismos. Son malos aspirantes y serán peores candidatos, de ahí que hay un “estira y afloja” entre el equipo de Yunes Landa y palacio de gobierno para quitarlos o dejarlos, según el bando, de las postulaciones distritales. Córdoba es una plaza simbólica por ser el distrito adoptivo del gobernante en turno y eso sustenta la necedad para apuntalar a Del Castillo con recursos para promocionarse y presiones hacia el equipo de candidato a la gubernatura
Empero, en los últimos días no solo apareció el notario público Alejandro Herrera Marín como el precandidato del grupo yunista sino que en los merenderos políticos se habla que la candidatura recaería finalmente en un tercero que lleva un padrinazgo de muchos millones de pesos. Se dice que la posible abanderada podría ser Paulina Muguira, hija de Domingo Muguira Revueltas y quien ya fue diputada local cuando a su esposo, el exalcalde, Juan Lavín, lo tumbaron de la candidatura priísta en el 2010. Su postulación sería anclada en la famosa equidad de género y con eso esperan terminar con las escaramuzas entre yunistas y duartistas.
Además, ni Del Castillo ni Herrera Marín tienen el dinero suficiente para competir con el magnate Muguira -por más que haya hecho una enorme fortuna el subsecretario de Finanzas – y lograr arrebatarle la postulación distrital. Lo peor es que los verdaderos perdedores serán los cordobeses pues el clan de ‘Don Millonario’ seguirá acaparando los cargos de elección popular. No se conforma con tener a su yerno, Armel Cid de León, jorobándole la vida y el presupuesto a los fortinenses sino que ahora va por el distrito de Córdoba.
En el PAN, las cosas andan igual. Ya alzó la mano el representante del Poder Legislativo ante el Consejo de la Judicatura, Mauricio Duck Nuñez para obtener la candidatura, aunque en realidad es el aspirante rojo que busca disfrazarse de azul. Empleado del gobierno estatal, ligado a Gerardo Buganza y siempre bajo la sospecha de estar financiado con el erario público. De parte del grupo de Miguel Ángel Yunes, se analiza apoyar a la exdiputada federal, Leticia López Landero para contrarrestar los afanes de Duck Nuñez. De hecho, fue el grupo yunista quien hizo ganar a López Landero en la contienda del 2012 aun cuando la señora ni siquiera hizo campaña.
Mientras tanto, está en ascuas el apoyo del ayuntamiento que encabeza Tomás Ríos Bernal a la causa yunista y al mismo blanquiazul ya que para nadie es un secreto que el edil está trabajando para allanarle el camino al tricolor. Más aún cuando acaba de renunciar a su militancia panista, Juan Bueno Torio para alquilarse como “candidato independiente” a la gubernatura. Ríos Bernal obedece a los intereses de Bueno Torio y del exdiputado por Huatusco, Víctor Serralde -o cómo se llame en realidad-, y son ellos dos los que toman las decisiones electorales en la alcaldía. Los dos, Bueno y Serralde tienen sus amarres y sus negocios que apuntan a la fidelidad.
Es más, Serrralde Martínez esta por renunciar también al PAN. Ya negoció con el gobierno estatal para registrarse como precandidato a la gubernatura por el blanquiazul, armar un escándalo mediático con el argumento de que lo están bloqueando -todos los columnistas que son voceros de palacio de gobierno ya lo definen como un “mártir de la democracia- y finalmente emigrar hacia el PRI o darle el respaldo a Bueno Torio en el afán de provocar una desbandada en el panismo y buscando restarle votos a la alianza azul-amarilla.
“Está vendiendo caro su amor, muy caro, pero ya le llegaron al precio”, comentaba ayer un priísta que es operador electoral de palacio de gobierno. ¿A alguien sorprende la actitud de Serralde?. Solo a los ingenuos pues si en algo es experto este señor es en los negocios al amparo del poder, los cuales incluyen el aspecto electoral. Al final de cuentas Bueno y Serralde podrían terminar cerrando filas en torno a Gerardo Buganza para hacerlo “candidato único independiente de la fidelidad al gobierno del estado”, apunta otra especie tras bambalinas.
Caso aparte es Orizaba donde el secretario de Desarrollo Económico, Porres Blesa ni tiene arraigo ni es popular porque no nació ni ha vivido en la Pluviosilla. Si bien es originario de Córdoba toda su vida -antes de convertirse en secretario de despacho estatal- la ha pasado en el Distrito Federal sin contar que el señor es tan carismático como una ostra en el Mar Caspio. De ahí que su postulación por el PRI será una derrota segura salvo que los enemigos se unan para arroparlo. Es decir, que el alcalde Juan Manuel Diez Franco y el diputado federal, Fidel Kuri, se pierdan el asco y hagan pareja para financiar y operar a favor de Porres Blesa. ¡Habrase visto!, dirían los sorprendidos y los malintencionados les gritarían: “¡me apartan un cachorrito!”.
ABARCAZO
Era algo predecible: la detención del presunto capo de un grupo criminal en Tierra Blanca, Francisco Navarrete Serna, traerá secuelas graves para la casta gobernante actual, para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y para su candidato a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, quién es una especie de “víctima colateral” por compartir filiación con esa gente. El daño apenas comienza y en un periódico editado en la Ciudad de México se exhibió el lunes pasado al extesorero estatal y actual diputado federal por Cosamaloapan, Antonio Tarek Abdalá como allegado del delincuente.
Navarrete Serna fue uno de los operadores de campaña electoral de Tarek Abdalá, y aunque la publicación dice que participó acarreando gente y repartiendo cerveza, en la zona hablan también de que ayudó con el financiamiento, lo que abre la sospecha de que el proselitismo del parlamentario se costeó con dinero proveniente del crimen organizado. La cercanía del PRI con Navarrete no es algo oculto, desde el momento de su detención -el pasado 24 de enero- se difundió que su cuñado, Obet García Díaz, fue candidato del tricolor a la alcaldía de Tierra Blanca, ubicada en el mismo distrito de Cosamaloapan.
Empero, ahora hay un vínculo directo con uno de los integrantes de la fidelidad. Claro, con el solo hecho de aludir al innombrable ya se puede dar por certera su relación con la delincuencia. Pero aún más, si bien Abdalá Saad fue tesorero del gobernante en turno, su cercanía más profunda es con el matrimonio del sexenio anterior. Vaya, el mismo Tarek presume ante los suyos que es ahijado de la exprimera dama y fue por ella que ingresó al gabinete, permaneció en el mismo al concluir el sexenio y obtuvo la candidatura a la diputación federal el año pasado. Todo cae por su propio peso y el escándalo ya es nacional.
Los engendros de la fidelidad meten en aprietos no solo al candidato doméstico, Yunes Landa, sino al mismo priismo nacional. Desde el lunes en la Ciudad de México, los coordinadores parlamentarios del tricolor en el Congreso de la Unión y dirigentes priístas maniobraban para tratar de atenuar el ‘Abarcazo’ que tienen encima -en alusión al matrimonio formado por José Luis Abarca, alcalde de Iguala, Guerrero, y María de los Ángeles Pineda, involucrados en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y a quienes se les comprobaron vínculos con las organizaciones del narcotráfico -.
En definitiva, el tercer perjudicado es el abanderado Héctor Yunes Landa porque está obligado a retomar el tema y darle una explicación a la ciudadanía. Sin duda se le va a cumplir la sentencia emitida por el desaparecido ideólogo del priismo, Jesús Reyes Heroles: tendrá que tragar sapos, aunque no pueda escupir flores, sino verdades, si es que quiere ganar credibilidad ante los electores. La detención de Navarrete apenas empieza a desgranar el rosario de complicidades y habrá que esperar lo que ese señor declare ante el ministerio público, algo que algunos anticipan que incinerará la fama pública – ¿más? – de muchos priistas e integrantes del gabinete estatal.