Entregan apoyos a familias de Camarón

Camarón.- Tras una semana de solicitar el apoyo a los radioescuchas del centro de Veracruz, ayer el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radiodifusión, Televisión Similares y Conexos de la República Mexicana (STIRT), sección Córdoba, entrego despensas, ropa, calzado y juguetes a los deudos y familiares del Club Deportivo Camarón, en este municipio.

 

Afuera del campo en donde muchas veces jugaran fútbol los integrantes que perdieran la vida el pasado 10 de enero, fue el punto a donde se reunieron deudos y sobrevivientes del trágico accidente suscitado en Atoyac y que provocó la muerte de 22 personas y dejara 32 lesionados.

 

El secretario general del STIRT. Francisco Javier Solano Ochoa, en compañía de su Comité Seccional, el parapsicólogo Gerardo Vázquez Herrera, Unidades Activas de Comisión Nacional de Emergencia y voluntarios, dieron inicio a la entrega de despensas, ropa, calzado, cobertores y juguetes que los radioescuchas de las siete estaciones radiofónicas que administra este sindicato, donaron para los afectados del fatídico accidente, siendo aún dos personas las que se encuentran hospitalizados en un sanatorio particular. 

 

Dijo que fueron más de 80 despensas las que se entregaron gracias al invaluable apoyo de muchas personas de buen corazón: “Venimos a entregarles el sentimiento compartido de muchas familias que lamentan el deceso de sus familiares y se regocijan con aquellos que como ustedes lograron sobrevivir, todo a través de productos de la canasta básica, ropa y hasta juguetes que esperemos en algo pueda contribuir a su hogar”.

 

El profesor Jesús Ricardo Chazzarini Ramírez, quien fuera director técnico del Club Deportivo Camarón, recordó que tras el fallecimiento de algunos de sus jugadores las necesidades de sus familiares se incrementaron, es por ello que agradeció al STIRT y a quienes se sumaron a su causa.

 

Tras la exposición de quienes encabezaron esta campaña de ayuda, se brindó un minuto de aplauso para las personas fallecidas y se exhorto a los sobrevivientes a respaldar a las familias que tuvieron la triste pérdida de sus familiares.

 

TRISTEZA

 

Desde la entrada misma al municipio, se puede aún respirar la tristeza de 22 familias que perdieron a sus seres queridos apenas transcurridos 10 días de este nuevo año. 

 

Quien fuera el técnico del Club Deportivo Camarón, Jesús Ricardo Chazzarini Ramírez, tiene vivo el recuerdo de como apenas pasados cinco minutos el accidente, llegaron al puente de Atoyac y vieron con asombro y miedo, el autobús en medio del río, y muchos de sus jugadores y familiares esparcidos alrededor de la unidad. 

 

“Por lo que mi hijo, con la agilidad de un muchacho de 25 años, de inmediato bajo a rescatar a heridos pero también a sacar muertos, eran sus amigos, esos mismos amigos que minutos atrás estaban conviviendo y felices, seguros de que ganarían la final de la liguilla, y ahora los tenía en sus brazos muertos” dijo.

 

Aún por las noches no puede dormir y hasta pide que le acompañen en la oscuridad. Oye voces que no le dejan conciliar el sueño.

 

VOLVIMOS a nacer

 

El caso de Janelly Villalbazo Tejeda y de Luis Enrique Reyes Cruz, ambos de 20 años de edad y que iban de pasajeros en el autobús para una vez iniciado el juego, “echarle porras” a sus compañeros, es un milagro que se hayan salvado.

 

Ambos coinciden en señalar: “volvimos a nacer”. “Todo era alegría, chistes, pero de momento, sólo fueron gritos, y lamentos muy feos, se ennegreció todo y de momento me vi al lado de uno de los jugadores que estaba casi encima de mí, pero ya había muerto”.

 

“Luego como pude ayude porque también estaba lesionado”, platicó.

 

agradece a dios

 

Víctor Manuel Cornejo Pulido, de 28 años de edad, medio contención del Club Camarón, da gracias a Dios de que su esposa y sus dos hijas hayan salido con vida del terrible accidente.

 

“El carro agarró velocidad y caímos al voladero, yo nunca perdí el conocimiento ni me fracture, por eso pude ayudar a mis amigos, luego ya nos fuimos en una patrulla al hospital en Córdoba. Fueron momentos de desesperación, terror, impotencia, afortunadamente la ayuda llego rápido, la gente de Atoyac se portó maravillosa, pero aún siento algo raro cuando paso por el puente” dijo.