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¿Este es el gran legado de Alfonso Limón Krauss?


Superiberia

Córdoba.- Durante décadas, la familia del recientemente fallecido Alfonso Limón Krauss ha usufructuado un  local que forma parte de uno de los edificios más hermosos de Córdoba, y sin duda con más historia para la ciudad, que es el conocido Portal de la Gloria, un amplio espacio que se

 ubica en el primer cuadro, sede de una serie de recintos culturales, pero también, inexplicablemente, de algunos comercios que nada tienen que hacer ahí, y que, incluso, luego de juicios al respecto, continúan en el lugar.

 

       El edificio fue expropiado por el Gobierno del Estado al inicio de la década de los 70’s, cuando estuvo a punto de ser demolido por sus propietarios, al menos en algunas de sus partes, trabajos de destrucción que fueron detenidos por cordobeses valientes y un grupo de estudiantes que, al ver las intenciones de dañarlo, promovieron un proceso de expropiación que afortunadamente resultó exitoso.

La expropiación, dio paso a una inversión importante por parte del Gobierno del Estado de aquellos años, y totalmente remozado, el edificio fue entregado a los cordobeses. 

 

Sin embargo, corruptas y mañosas, autoridades dejaron para provecho de algunas familias, entre ellas la del licenciado Limón Krauss, algunos de los espacios del histórico edificio rescatado para la ciudad.

Hoy, el Portal de la Gloria es un amplio espacio que alberga una biblioteca, una casa de cultura, una sala de eventos, un museo (al cual en 2010 el Gobierno y un Patronato le prometieron 38 millones de pesos) y los mentados comercios. El principal cuerpo del edificio que alberga la Biblioteca, tiene merecidamente el nombre “Luis Sáinz López-Negrete” desde 12 años antes de su muerte ocurrida el 7 de junio de 2012.

Sin embargo, lo criticable es que la fachada principal y algunos interiores se hayan convertido en un mercado donde la misma imagen de Sáinz es desplazada por los comerciantes. 

 

Así, la entrada principal a la Casa de Cultura, por ejemplo, es flanqueada por anuncios de “ofertas”, “pronósticos” y aparadores llenos de objetos a la venta.

Uno de los beneficiados de este caso de corrupción y engaño es el recientemente fallecido, licenciado Alfonso Limón Krauss, quien se desempeñaba como titular de la Notaría Pública Número Ocho, y que durante décadas mantuvo ahí, en el edificio propiedad de todos los cordobeses, un negocio que ahora continúan sus descendientes.

 

Esta decisión de las autoridades, de ceder parte del patrimonio de los cordobeses, fue siempre impugnada por ciudadanos que incluso llevaron a juicio la decisión de estos corruptos funcionarios públicos y del Notario 8 quien, teniendo “fe pública”, incluso se enfrentó a juicio con los cordobeses y, cuando el resultado de este juicio fue que cerrara la “tienda” y regresara el local para uso de la ciudad, lo desoyó y, otra vez con la complicidad de las autoridades corruptas, continuó usufructuando en su beneficio el patrimonio de todos los cordobeses.

 

Sin pagar renta, o pagando una cantidad ridícula, Limón Krauss se enfrentó a la petición de ciudadanos decentes y honorables, y continuó sacando beneficio de un local que debía dedicarse a un uso público y de beneficio a la ciudad, como fue la decisión de quienes lo expropiaron.

 

Ahora, el gobierno que encabeza Tomás Ríos ha solicitado en comodato los espacios del Museo y de la Casa de la Cultura, pero misteriosamente, no incluye en su solicitud al Gobierno del Estado y al IVEC los espacios comerciales de que hablamos. 

 

Tomás, tú y tu Gobierno deben reconocer que familias como ésa, bastante han succionado del Gobierno con su notaría, con su regiduría, con su alcaldía interina de Lavín, la dirección que otorgaste al aviador de su yerno, y el casi medio siglo ocupando ese local, como para que ahora ya fallecido, sigan tolerando ese desfalco y ese abuso a la ciudad.

 

Porque Limón Krauss, nunca aceptó que no debía ocupar ese “negocio” en un edificio que fue expropiado para que toda una ciudad y sus visitantes lo disfrutaran. Tampoco dijo nada cuando se enteró de que uno de sus yernos, nombrado Director en la actual administración municipal, fue exhibido como aviador porque no se presentaba a trabajar, pero sí a cobrar, cuando se dedicaba solamente a atender la dirección de una escuela, en la que enseñaba a sus alumnos a ser deshonestos y cobrar sin trabajar. Nunca nos enteramos de algún padre de familia que sacara a su hijo de esa escuela por estar expuesto a este tipo de ejemplos de su “director”.

 

Pero tampoco hizo nada por evitar que su propio nieto “heredara” la Notaría número 8, cuando se dijo que la había “ganado en un examen” al que, curiosamente, sólo se invitó a participar a hijos y nietos de notarios que, como él, ya tenían claro quién ganaría dicho examen. Ese nieto que había sido electo como Regidor del actual Ayuntamiento, y que dejó el puesto que los cordobeses le otorgaron para irse a la notaría de su abuelo en lugar de dejar el espacio a algún abogado más honesto y responsable.

 

Y aún así, dicen los medios coludidos que el recién fallecido “dejó un gran legado a la ciudad”. Ese edificio, expropiado a la familia de don Luis Sáinz para entregarlo a los cordobeses, no fue para que llegara otra familia como la de Limón Krauss a beneficiarse.

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