Piden familiares no lo criminalicen

Jamapa.- El conductor de la línea de autobuses Veracruz-Jamapa fue criminalizado porque algunas personas creen que todos los choferes escapan de un camión que va rumbo a la muerte, pero su familia se siente indignada debido a que ellos no supieron de su 

muerte sino hasta un día posterior al accidente, es decir, luego de que removieran la unidad del accidente trágico del pasado domingo.

 

Johnny Vázquez Álvarez, según vecinos de Camarón que se trasladaban atrás del camión, había revisado la unidad antes del accidente porque presuntamente sentía algo raro al conducir; sin embargo, no notó nada irregular y prosiguió su camino hasta que, miembros del equipo que se reservaron sus nombres consideraron “perdió los frenos; fue una falla mecánica”.

 

Algunos comuneros del ejido de Atoyac, que el pasado domingo se reunirían, explicaron: “Vimos pasar al camión a la altura de la Iglesia de San José a toda velocidad; los ocupantes gritaban”, en tanto que los paramédicos que se trasladaban por este lugar a bordo de motocicletas y que coincidieron con el autobús antes del accidente aseguran que al pasar junto a la unidad el mismo conductor sacaba la mano por la ventanilla y la movía pidiendo que se retiraran de su paso, porque la unidad se salió de control.

 

Minutos después de que el camión se pasó el tope y la barda del puente para caer al río escucharon un estruendo, pero desde que vieron la acción del operador ellos dieron vuelta porque temían un accidente y como fue, era trágico, por ello de inmediato dieron auxilio ellos y otros vecinos que se percataron tras el impacto.

 

Por el golpe que dio el autobús al impactarse contra el río, según fuentes policiacas “una piedra se soltó y golpeó al operador, cayéndole a la mitad del cuerpo, sepultándolo prácticamente” y con el camión encima no fue visto por los rescatistas el domingo, tras
el accidente.

 

Una vez que fue removido el camión se observó el cuerpo, mismo que fue trasladado por las autoridades competentes para la necropsia de rigor y notificaron a la familia que un día antes preguntaba por él, pero nadie sabía de su paradero. Por ello, el lunes por la tarde el cuerpo fue entregado a sus deudos para su entierro, según sus creencias religiosas.

 

“A diferencia de otros conductores no abandonó la unidad y alertó que no tenía control del autobús a otros”, reconocen quienes observaron el accidente, por lo que la familia suplica no lo criminalicen.