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Yokohama.- No fue necesario echar mano del tridente. Fue suficiente uno de ellos. La gran noche de Luis Suárez bastó para que el Barcelona venciera con comodidad 3-0 al Guangzhou de China en las semifinales del Mundial de Clubes y de esa forma concretar la final soñada del torneo.

 

Los tres grados de sensación térmica que se sintieron en el estadio japonés contrastaron con lo encendido que estuvo el Pistolero para destaparse con tres tantos y de esa forma ganar con decoro ante los miles de aficionados nipones que llenaron el estadio con la intencion de ver a Messi y Neymar, pero que olvidaron gracia al charrúa.

 

Barcelona tardó en entrar en calor, siempre tuvo la pelota pero la primera de peligro la generó al 22 cuando Iniesta metió la primera pelota con dotes de peligro y Munir terminó reventando en la humanidad del portero chino. Fue al minuto 38, tras la terrible fractura de Zu Zheng, cuando Rakitic se ánimo a sacar el primer disparo fuera del área y encontró la llave. El portero chino no supo rechazar y dejó la pelota servida para el 1-0 culé.

 

Ya con el partido bajo el guión que el papel establecía, Suárez encontró el 2-0. Por si hiciera falta, Munir recibió una dudosa falta en el área que en realidad sólo sirvió para que Suárez anotara el 3-0.

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