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Ridículo en chino

Superiberia

Osaka.- El Mundial de Clubes no está hecho para equipos mexicanos. Como si se tratara de una maldición difícil de explicar, América se convirtió en una estadística más de los representantes nacionales en el torneo al caer en la agonía del partido 1-2 ante un equipo chino que tenía mes y medio sin competir de forma oficial.

 

Tras irse al frente en el marcador con gol de Oribe Peralta tras una gran jugada de Darío Benedetto, el técnico Igancio Ambriz no supo leer el encuentro, se guardó los cambios y a falta de 10 minutos para concluir el juego cayó el empate por conducto del local Zeng Li.

 

Las Águilas comenzaron a sufrir, el equipo de Scolari sacó fuerzas y fútbol más por lo que dejó de hacer el cuadro azulcrema que por el nivel que realmente tenía su equipo y entonces vino el desastre de América.

 

Goltz perdió la pelota en mediocampo en el último minuto, Paul Aguilar hizo la cobertura y mandó el balón a tiro de esquina para que viniera la hecatombe de los azulcremas.

 

Moisés salió mal, Oribe perdió la marca de Paulinho y el brasileño, quizás uno de los más bajos sobre el campo mandó la pelota a guardar para decretar la maldición un año más.

 

Tal fue la molestia que tanto el presidente deportivo del América, Ricardo Peláez como el dueño, Emilio Azcárraga se fueron del partido sin observar nada más. Se consumó el fracaso y el ridículo de América en el Mundial de Clubes.

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