Orizaba.- En el Centro Histórico han logrado rescatar el nombre antiguo de las calles de la Pluviosilla desde el Siglo XVIII, lo que busca fomentar el arraigo de la historia y tradiciones del Pueblo Mágico.
Orizaba, a diferencia de otras ciudades antiguas de México, no tiene una fecha de fundación, por lo tanto no tuvo un trazo ideal en sus calles, nació a la orilla del camino. Una calzada con origen prehispánico por donde transitaban los mensajeros a la gran Tenochtitlán, desde las playas de La Villa Rica de la Vera Cruz, destacó Armando López Macip, cronista histórico regional.
Los españoles solamente tenían dos rutas para trasladarse a la capital del virreinato, la de Orizaba y Xalapa. La Pluviosilla se convirtió en una población española, donde ya había asentamientos prehispánicos.
Entonces le fueron poniendo nombres como se fue haciendo un trazo muy irregular y que obedecía a usos, costumbres y tradiciones; por eso en La Colonia colocan a las calles nombres que tienen que ver con la ubicación de un edificio religioso sirviendo de referencia.
“En mis investigaciones he conocido escrituras, donde dicen, el inmueble de la calle que baja de la sacristía de la Catedral de San Miguel al Sur, así también, la calle del Calvario, la de Colón, que va a la iglesia del Calvario”, citó el entrevistado.
Ese tipo de nombres existieron durante La Colonia o por el uso que tenían, otro ejemplo es la calle de Los Mercaderes, nombrada de tal forma porque ahí se colocaban a expender sus mercancías las personas que tradicionalmente siempre han venido a ofrecerlas a Orizaba.
La rúa que hoy se llama Madero, era en una parte la calle de Las Damas, por el gran número de damas bien vestidas que circulaban por ese rumbo para pasear o acudir a misa a la Catedral de San Miguel.
Con la Guerra de Reforma hubo la tendencia de quitar los nombres religiosos a las calles y poblaciones, aunque fue moderado, fue más radical en el Siglo XX. A la calle de Santa Rita, donde es Sur 2, le pusieron calle de La Reforma, por citar una.
En el Virreinato, al paso de la realeza por la ciudad, le pusieron Calle Real, puente del Rey, todo por cuestión de la Corona Española; luego en otros tiempos, la nombran calle Morelos o Libertad, “tiene que ver con los cambios que se dan”, expuso el cronista.
Cambio de nombre
En 1925 el Cabildo toma la decisión de ponerle una nomenclatura como la de la ciudad de Puebla, divididas por Poniente, Oriente, Sur y Norte a las calles y avenidas.
Tomaron como eje en ese tiempo la calle Madero y avenida Colón, las avenidas de Oriente a Poniente y las calles de Norte a Sur.
La calle Madero se llama así porque en 1911, en su segunda visita a Orizaba, Francisco I. Madero dio un discurso en el edificio ubicado en lo que ahora se conoce como Madero con Colón.
Eso ocurrió cuando venía en campaña para la Presidencia, al edificio lo nombraron Francisco I. Madero y la Colón porque terminaba en el prado con ese nombre, lo que hoy en día es la alameda Francisco Gabilondo Soler, Cri-Crí.
“Los nombres son los que el pueblo impone, aunque se llame un parque de tal forma, la población lo identifica como le agrada, por ejemplo el parque de La Concordia, poca gente sabe que se llama parque Francisco I. Madero”, agregó López Macip.
Hoy que Orizaba es un Pueblo Mágico buscan darle al visitante y al habitante una idea de nombres para que vean que la ciudad tiene una historia añeja, que tiene que ver con usos y costumbres tradicionales que tuvo como pueblo, la Pluviosilla fue un pueblo, antes de ser villa y de convertirse en ciudad.
Capital del estado
En 1830 llegó a ser ciudad y 95 años después le cambiaron los nombres a las calles. En el Siglo XIX Orizaba llegó a ser la capital del estado de Veracruz, pero Juan de la Luz Enríquez trasladó la capital a Xalapa. Él fue el último gobernador que residió en Orizaba, antes estuvieron Mier y Terán; Apolinar Castillo, de quien lleva su nombre el parque del centro de la ciudad, que era antiguamente el parque de Los Naranjos.
Ahí había un predio propiedad de la familia Bendriñana, eran dueños de toda la manzana y la vendieron para ampliar el jardín, el cual era como el parque López, de media manzana, pero demolieron la construcción para ampliarlo y colocaron un kiosco.
La antigua Plaza de Armas, llamada de La Constitución, afuera de la Casa Consistorial, se perdió cuando instalaron ahí el Palacio de Hierro y a Orizaba le hacía falta su parque central, por eso ampliaron el de Los Naranjos y le nombraron Apolinar Castillo, en honor a ese Gobernador, que fue uno de los que más quiso a Orizaba.
Proyecto turístico
La iniciativa del rescate de los nombres de las calles del Centro Histórico fue de la Dirección de Turismo del Ayuntamiento de Orizaba, según informó Héctor Uriel Morales Muñoz, jefe de la Coordinación de Pueblo Mágico.
El proyecto inició en el mes de agosto, teniendo como fundamento que la gente conozca cuáles eran los nombres de las calles antiguamente.
“No todos los conocen, muchas personas no llegamos a conocer cuál es la historia de nuestra propia ciudad, por eso el rescate de los nombres de la calles”, declaró el funcionario municipal.
“No se eligieron los últimos nombres, sino los primeros, las calles desde 1700 y 1800, son los nombres que le dieron por el imaginario colectivo”, señaló el servidor público.
El trabajo de investigación fue en conjunto con personal del área de Turismo y del Archivo Municipal de Orizaba (AMO), dicho estudio, según dijo, está avalado por libros y documentos del acervo de dicho centro cultural e histórico.
En total colocaron 632 letreros, desde Sur 13 hasta Sur 8, en calles; en avenidas desde Oriente 6 y Poniente 7, hasta Oriente 9 y Poniente 8.
“La gente nos dice que está muy emocionada, consideran fue una buena acción el rescate, así las nuevas generaciones conocerán la historia de Orizaba, fue una iniciativa para mantener el folclore, la cultura y las tradiciones, la historia es vasta, por eso ganó el nombramiento de Pueblo Mágico”, concluyó el coordinador del programa, Uriel Morales.