Chocamán.- A sus 11 años de edad, Julio García Nieves, habitante de Tetla, padece de distonía cervical, lo que le impide llevar una vida normal, ahora su madre busca que alguna fundación los apoye para que reciba tratamiento, debido a que son de escasos recursos económicos.
La enfermedad se da cuando los músculos del cuello se contraen y hacen que la cabeza gire o se incline hacia delante o atrás.
El caso de Julio, comenzó cuando tenía ocho años de edad, repentinamente empezó a sentir fuertes dolores en el cuello que lo obligaban a echar hacia atrás la cabeza, y desde hace dos años empeoró su condición, porque durante todo el día padece de espasmos que limitan que su cabecita se sostenga de forma vertical, e incluso la distorsión llegó a otras partes de su cuerpo.
“Lo empezamos a llevar a Coscomatepec, ahí nos dijeron que eran espasmos y nos pidieron que lo trasladáramos al Seguro, pero no se ve mejoría, luego acudimos con un médico particular, aunque nada más le iban dando tranquilizantes”, expresó Lucía Nieves, madre del menor.
En abril del 2014 tras consultar con varios especialistas y recibir tratamientos orales, le diagnosticaron la distonía cervical, incluso fue canalizado al CRIO, sin obtener mejoría.
La madre del menor, dijo que algunos médicos le han hablado de la aplicación de la toxina botulínica, pero debido a su alto costo no han podido aplicársela, a pesar de ser derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sólo le fue administrada una vez pero no surtió efecto.
Por otro lado, aun cuando se han acercado a pedir apoyo a las autoridades municipales, el DIF sólo les ha apoyado con el traslado a un hospital, pero no se han ocupado de que reciba tratamiento adecuado.
Dejó la escuela
Julio, tuvo que abandonar la escuela, pues constantemente sufre de episodios en los que no puede controlar sus movimientos y aunque puede ponerse de pie, la enfermedad le impide caminar grandes distancias porque todo el tiempo mantiene la espalda hacia atrás, incluso para dormir mantiene la misma posición.
“Se iba alterando más, le daban medicamentos pero no le hacían nada y pasaron así los meses hasta noviembre de 2013 cuando le dieron cita con un pediatra y después con la neuropediatra, dicen que le dio encefalitis y le quedaron secuelas. Nos comentaba el doctor que necesita tres frascos que valían 5 mil pesos, pero al no poder conseguir el dinero fui al Seguro, pero hasta apenas en octubre le hicieron una aplicación, él no ha reaccionado”, comentó Lucía El padre de Julio es obrero en una empresa avícola, mientras que la señora Lucía se queda en casa a cuidar a su hijo y a otra pequeña de ocho años de edad, con los pocos ingresos que obtienen han llevado al niño a varios hospitales públicos en Veracruz, Xalapa y Córdoba, sin embargo, algunos médicos le han dicho que no tiene cura.
Lucía Nieves busca que alguna fundación los apoye, por lo que a través de las redes sociales ha emprendido una campaña para que difundan la foto de su hijo.