Córdoba.- Era integrante del comité directivo del Club Casino Español durante la presidencia de Jorge San Martín, cuando esta asociación recibió recursos públicos desviados para su Club Privado.
Hoy, siendo presidente del mismo Club Casino Español, Pontón Porres sigue sin reintegrar esos ilegales recursos recibidos para construir el alumbrado a las canchas deportivas, aun cuando fue reprendido en días pasados en una reunión privada entre varios cordobeses, que también son integrantes de ese comité directivo del Casino.
Aceptar recursos que deben ser utilizados en beneficio del pueblo, para aplicarlos en beneficio sólo de los socios de ese Club, es corrupción.
Con esos actos de deshonestidad y corrupción, estos empresarios están mandando la señal a la sociedad y a los políticos de que también el actual Alcalde corrupto puede desviar recursos públicos del Ayuntamiento, para sus empresas privadas, o las de sus amigos o familiares.
Con ese ejemplo de “empresarios cordobeses”, ¿cuándo vamos a tener alcaldes honestos y competentes?
Luis Miguel Pontón es, además, mentiroso, porque mintió en esa misma reunión, cuando le recordaron que fue necesario que el gobernador Duarte les hablara para que aplicaran castigo a los menores de edad que participaron en una violación tumultuaria en las instalaciones del Casino, y a partir de esa llamada fue que decidieron castigar a los adolescentes participantes, y él negaba que el Gobernador les hubiera exigido el castigo.
De ese acto infame cometido por hijos de socios de ese Club, su actual presidente se ufana de que los castigaron todo un año sin poder ingresar al Club, cuando el ilícito que cometieron se debió castigar con cárcel, y debieron haber sido expulsados de por vida del Casino Español. Porque lo que sigue, después de lo que hicieron estos hijos de socios, ya sólo sería cometer un asesinato dentro de sus instalaciones.
¿O qué otra cosa peor podrían hacer para que los expulsen de por vida?
Pero es cuestión de educación y maneras de ver la vida, alcahueteando a los hijos.