VATICANO.- El papa Francisco llamó a los jóvenes reunidos en el estadio Kasarani de Nairobi, Kenia, a resistir ante la tentación de la corrupción, aunque reconoció que la misma existe en todas las instituciones, incluido el Vaticano.
“Cada vez que aceptamos un soborno y lo metemos en el bolsillo, destruimos nuestro corazón, nuestras personalidad y nuestra patria. Por favor no tomen el gusto de ese ‘dulce’ que se llama corrupción”, pidió.
“No solo en la política, en todas las instituciones, incluido el Vaticano, hay casos de corrupción. La corrupción es dulce como el azúcar, nos gusta y es fácil, pero después terminamos mal, acabamos como los diabéticos y nuestro país finaliza como diabético”, advirtió.
Francisco, quien improvisó parte del discurso y respondió en español a las preguntas que le hicieron dos jóvenes, identificados como Linette y Manuel, también señaló que para evitar que los jóvenes sean reclutados por grupos violentos es necesario ofrecerles trabajo y estudio.
“Si un joven o una joven no tiene trabajo, no puede estudiar, ¿Qué puede hacer? O delinquir, o caer en las dependencias, o suicidarse o enrolarse en una actividad que le muestre un fin en la vida, engañado, seducido”, dijo.
El Pontífice menciono que la vida está llena de dificultades, pero que existen dos modos de enfrentarlas: o se les ve como algo que destruye y bloquea al individuo, o se les mira como una oportunidad real.