Ciudad Mendoza.- La frase de Porfirio Díaz de: “Mátalos en caliente y después averiguas”, actualmente se convirtió en la política pública que los gobiernos del país utilizan para apaciguar la voz del pueblo que demanda sus derechos y necesidades, aseguró el dirigente de la
Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (CROIZ), Julio Atenco Vidal, minutos antes de iniciar la marcha rumbo a Orizaba para pedir el retiro de la estatua del ex dictador de la Plaza Bicentenario.
Al respecto, representantes de sectores obreros y políticos de izquierda, destacaron que con los problemas de inseguridad, injusticia, violencia, desapariciones forzadas, represión y corrupción que imperan en México, es evidente que las autoridades avariciosas están aplicando conductas que datan desde la época del porfiriato para apaciguar a sus gobernados.
Resaltaron que no hay mejor unión que la de un pueblo organizado para derrocar a los políticos que anteponen sus propios intereses para beneficiarse y servirse de los habitantes.
Para el representante de los ex obreros despedidos en 1991 de la fábrica CIVSA y quien se ha mantenido en la lucha desde hace 24 años, Hipólito Flores Alonso, la estatua de Díaz es una ofensa para la memoria de quienes conformaron el Gran Círculo de Obreros Libres, ya que padecieron la masacre que originó el tirano.
Mencionó que desde ese tiempo a la fecha, no hay comparativo alguno sobre la prepotencia y los abusos que cometen los tres niveles de Gobierno contra los sectores populares y desprotegidos. Tal y como la situación que enfrentan los ex trabajadores de la factoría que a más de dos décadas sólo han recibido trabas de las autoridades para la resolución de su conflicto laboral.
Por su parte, militantes del Partido del Trabajo, reiteraron que la develación del monumento a don Porfirio Díaz el pasado 31 de agosto en la Plaza Bicentenario de Orizaba, se trató de un capricho más del alcalde, Juan Manuel Diez Francos, porque aunque fue una estatua costeada con sus recursos, no hizo un consenso ciudadano para colocarla en ese espacio público que pertenece a los orizabeños.
De igual forma, calificaron al ex presidente como un dictador, opresor, usurpador del Gobierno y asesino del pueblo de México, del que fueron víctimas los indios mayas de Sonora y los obreros textiles de Ciudad Mendoza, Nogales y Río Blanco, por mencionar algunos.
“Porfirio Díaz no merece tener una estatua a escasa distancia de la Cuna del Movimiento Obrero, en donde mandó matar a los dirigentes sindicales y a la clase obrera que defendía sus derechos”, aseguraron durante la entrevista.