PARÍS.- Ayer, viernes 13, fue el día escogido por los terroristas del EI para cobrar venganza y lo hicieron en el corazón de esta nación, París, la Ciudad Luz.
Una ola de ataques simultáneos dejó por lo menos 153 muertos —hasta el cierre de la edición— y 215 heridos, según estimaciones extraoficiales, entre ellos un mexicano con lesiones leves.
Francia está en máxima alerta, hay estado de emergencia y hasta anoche las fronteras estaban cerradas, nadie entra o sale.
En el viernes 13 de terror hubo seis tiroteos en la ciudad y tres explosiones afuera del Stade de France, en Saint-Denis, donde jugaban las selecciones de fútbol de Francia y Alemania, y se encontraba presente, junto con 80 mil personas más, el presidente Francois Hollande, quien fue evacuado en helicóptero. Tras las detonaciones, el público ingresó en medio del caos a la cancha.
Catorce personas murieron en la calle Bichat, frente al restaurante Petit Cambodge, en el 10º distrito.
En la calle Charonne, en el distrito 11º, mataron a 19 personas, frente al bar La Belle Equipe.
Además, cuatro personas murieron en la Avenue de la Republique, en el 10º distrito.
Otras cuatro fallecieron afuera del Stade de France, en Saint-Denis.
El saldo más grave fue en el teatro Bataclan, donde 112 personas murieron en el ataque. Ahí se desarrollaba un concierto de rock. Un testigo dijo que los terroristas entraron a la sala disparando rifles y gritando “Allahu akbar”.
El testigo mencionó que los hombres dispararon hacia el centro del público, el concierto se detuvo y todos se tiraron al suelo.
Autoridades francesas confirmaron que neutralizaron a ocho supuestos atacantes; cuatro fueron abatidos en el teatro Bataclan, tres de ellos vestían cinturones con explosivos.
La magnitud de esta ola de atentados es inédita en Francia y analistas dicen que desde ayer cambió el rumbo de la historia.