Atlahuilco.- Miles de habitantes serranos festejaron a San Martín Caballero, patrono de los comerciantes y venerado en este municipio de la Sierra de Zongolica.
La imagen de este santo es ampliamente conocida, es un hombre montado a caballo, vestido con el uniforme de los soldados romanos, cortando con una espada su capa y ofreciéndosela a un hombre que, desnudo, sufre por el frío.
El nombre oficial según el dogma cristiano es San Martín de Tours, su imagen hace que la gente lo conozca más como Martín Caballero.
Sus imagenes están presentes en tiendas, taquerías, farmacias, en fin, en todo tipo de comercios.
No obstante, la mayoría de las personas desconoce la vida de este personaje, casi nadie sabe nada de él. Algunas personas sólo dicen que es buena para atraer a los clientes.
La cultura popular lo mezcla con la superstición de ponerle agua y hierba al caballo de la imagen, o de convertirlo en un amuleto o talismán acompañándolo de listones rojos, plantas de sábila, ajos machos, entre otros distintivos.
Las imágenes de los santos deben servirnos para conocer su vida, para imitar su ejemplo, para solicitar su ayuda y estar más cerca de Dios, aseguraron responsables de la fiesta en el municipio serrano.
Si una imagen se convierte en motivo de superstición, magia o brujería, en lugar de acercarnos a Él nos aleja, agregaron.
HISTORIA DEL SANTO
San Martín nació en Hungría entre los años 315 y 317, pero sus padres lo llevaron desde muy pequeño a Italia.
Su padre era un militar del imperio romano, por lo que él tuvo que seguir una ley que obligaba a los hijos de oficiales veteranos a tomar las armas.
Aunque sus padres no eran cristianos, él se interesó mucho por las enseñanzas de Cristo, pero recibió el bautismo hasta los 18 años. Abandonó su carrera militar y regresó a Hungría. Por su ejemplo, su madre y otras personas se hicieron cristianas. San Martín fue electo como obispo de Tours, Francia. Murió el 8 de noviembre del año 398.
La creencia narra que en un día frío de invierno, San Martín se encontró en las puertas de la ciudad francesa de Amiens a un pobre hombre, casi desnudo, que temblaba de frío, entonces el santo, lleno de compasión, mostró su generosidad cortando su capa en dos para cubrir a aquel hombre indigente.
PATRONO DE LOS COMERCIANTES
En el Imperio Romano para que los militares conservaran mejor su uniforme, el ejército sólo pagaba una parte del mismo, mientras que la otra la debería pagar el militar.
Por eso San Martín cortó su capa en dos, conservó la mitad que le pertenecía al ejército y le dio al pobre la parte que a él le pertenecía.
“Esto nos recuerda que Dios no nos pide más de lo que podemos dar, sino sólo lo que le podamos ofrecer. Por eso un comerciante debe seguir el ejemplo de San Marín de Tours, recordando que su actividad no es una beneficencia pública, pero tampoco es un lugar donde se puede aprovechar de los demás”, recordaron autoridades religiosas comunitarias de Atlahuilco.
Un comerciante no puede regalar su mercancía porque su negocio no sería negocio. Pero si un comerciante atiende adecuadamente, con amabilidad, con precios y medidas justas, con paciencia, está dando lo que está de su parte y el cliente se sentirá agradecido por su servicio.
Así el comerciante se parece a San Martín, porque está dando lo que puede dar.
La mitad del famoso manto que San Martín compartió con el pobre en Amiens se dividió en muchas reliquias, pero la mayor se guardó en un lugar que recibió el nombre de chapelle, de donde surgió la palabra capilla.
VENERADO EN ATLAHUILCO
El nombre de Atlahuilco proviene del Náhuatl Atl-tlauil-ko que significa “En el agua clara o iluminada” y es posiblemente la reducción de la palabra Atlahimolco, sitio mítico referido en la migración nonoalca-chichimeca.
El territorio que comprende el actual municipio estuvo ocupado en el Siglo XVI por tres pueblos de relativa importancia: Los Reyes de Zacamilulan (hoy Zacamilola), San Francisco Quechulinco (actual Quechulinco) y Atlihuayan.