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Madrid.- Más allá de la polémica con que terminó el partido por un penal que el silbante no marcó a favor del cuadro catalán que habría valido el empate, los Merengues confirmaron al Barça en crisis y aprovecharon su cara irreconocible para resurgir de las cenizas.

Los de José Mourinho obtuvieron un triunfo de 2-1, casi inútil en la estadística pero valiosísimo en el ánimo de ambos planteles.

Luego de caer eliminado frente al Madrid esta misma semana en la Copa del Rey, el Barcelona falló nuevamente en el Derbi, esta vez de inicio poco atractivo por las múltiples ausencias.

En la banca del Madrid estuvo de inicio Cristiano Ronaldo, además de que tampoco aparecieron otros como Xabi Alonso y Marcelo, como tampoco Ángel di María por suspensión. En el Barça los ausentes fueron Xavi, Cesc Fábregas y Carles Puyol, el primero de ellos por lesión.

El primer tiempo transcurrió con lógica. El Madrid dio un latigazo tempranero para adelantarse con gol de Karim Benzema al minuto 5, cuando remató a segundo poste un centro de Morata, de gran actuación. Lionel Messi empató al 17’ con un disparo de zurda que de paso dejó mal parado a Sergio Ramos.

Más allá de que Messi y Morata tuvieron para marcar en la primera mitad, el partido tomó rumbo con el ingreso al 57’ de CR7, quien significó la puntilla para que el Barça comenzara a resquebrajarse y a extrañar a Tito Vilanova, ni se diga a Pep Guardiola.

El capitán, Ramos hizo rugir al Bernabéu con un cabezazo fulminante al 81’ para el 2-1, que casi se convierte en 3-1 por el disparo al palo de Cristiano al 87’.

Aunque el Barça mantiene una ventaja de 12 puntos sobre el Atlético de Madrid y de 13 sobre el cuadro Merengue, el liderato en la Liga hoy parece poca cosa. El Clásico de esta vez no fue numérico sino anímico.

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