fortín.- “Bazar In” se llamó el tianguis montado por un grupo de señoras que se autodenominan “Pintoras con Causa” durante tres días en las instalaciones del Club Campestre Cordobés con el objetivo de recolectar fondos para el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en el municipio de Fortín, concretamente en la Unidad Básica de Rehabilitación.
Una buena causa sin duda —aunque sólo destinarán la quinta parte de las ganancias a cambio de tomar esa bandera de altruismo—, aunque la misma queda manchada por la incongruencia de las organizadoras y participantes al tener como invitado especial al puesterío y destinatario de los fondos monetarios alcalde Armel Cid de León, mismo que hace apenas unos meses golpeó salvajemente a una señora —su pareja extramarital— hasta dejarla con hematomas y los ojos cerrados por la golpiza que le propinó.
Así, las virtuosas “Pintoras con Causa” terminaron siendo meras “Maquillistas con Causa” porque le intentan lavar y maquillar la cara al edil que tiene un proceso judicial abierto por violencia contra las mujeres. En lugar de unirse para condenar la violencia contra su propio género y sobretodo viniendo de alguien que ostenta un cargo público, las diligentes señoras optaron el triste papel de abrazar la alcahuetería.
Las “Pintoras con Causa”, como se hacen llamar en sus reuniones y en las redes sociales, muy entusiasmadas se encargaron de convocar a amigas y conocidas para poner en venta diversos artículos, con el fin de apoyar al Ayuntamiento fortinense, es decir, al cuestionado alcalde Cid de León, al que entregarán el 20 por ciento de las ganancias obtenidas en dicho tianguis “chic”.
Es una historia vergonzosa para toda persona que conozca de valores porque estas señoras cordobesas, que en su mayoría presumen estar estudiadas y educadas en los valores, se reúnen en torno a un “hombre” que además de cargar la fama de cometer actos de corrupción en el ejercicio edilicio también es cuestionado moralmente por cometer adulterio —y la correspondiente afectación al hogar — y exhibir tal acción públicamente.
Armel Cid de León es calificado por la opinión pública educada, como un adultero que propinó una golpiza a su pareja extramarital la noche del pasado 22 de enero en el interior de un vehículo en el que viajaban sobre la carretera Huatusco-Fortín, según la investigación ministerial 243/2015 abierta por la Agencia del Ministerio Público Especializada en delitos contra la Libertad, la Seguridad Sexual y la Familia adscrita a la Fiscalía Regional con sede en Córdoba.
El texto de la querella indica que el alcalde fortinense golpeó brutalmente a la señora, a la que también intentó abandonar sobre dicha carretera arrojándola del vehículo. Por tal agresión, la víctima fue lesionada de manera brutal en la cara y brazos, quien decidió interponer una denuncia penal que obligó al agresor a pedir licencia en el Ayuntamiento durante algunas semanas para enfrentar las diligencias judiciales.
Ahora y paradójicamente, ese “modelo de hombre” fue el invitado de honor de las “Pintoras con Causa” del “Bazar In” organizado en las instalaciones del Club Campestre los días 4, 5 y 6 de noviembre en el cual vendieron desde cremas, menjurjes de belleza y sesiones de depilación con laser hasta zapatos, artesanías, comida gourmet y adornos navideños, según se lee en las invitaciones giradas en las redes sociales.
Las perfumadas organizadoras de plano olvidaron la SORORIDAD —que es la solidaridad y concordia entre mujeres que implica un reconocimiento y apoyo mutuo, plural y colectivo en situaciones de riesgo o violencia cometida, según la definición de organismos a favor de los derechos de la mujer— y prefirieron arropar y vitorear al agresor de su propio género cuando le tendrían que dar la espalda como un acto de mínima congruencia. Obviamente se nota que por muy estudiadas y educadas que se digan esas damas desconocen la existencia de esa palabra, tan complicada para su intelecto pero sobre todo para sus valores personales.
Esas son las “señoras de la sociedad cordobesa” que con el acto del “Bazar In” mostraron una decadencia moral y mandaron un mensaje peligroso a sus esposos, padres, hermanos, hijos y amigos: que el adulterio es algo normal y la violencia contra las mujeres también.
Tal ejemplo dan sus hijas e hijos. A las primeras tolerar la violencia intrafamiliar y la desintegración de los hogares y a los segundos que pueden hacer lo que quieran con las mujeres, incluso desfigurarles la cara, pues avalan el ejemplo de Armel Cid.
Desde el fin de semana las “Pintoras” tienen una “causa” que se llama Armel Cid a quien apoyan no sólo con su amistad sino con dinero para el Ayuntamiento cuando deberían pedir cuentas sobre la mala administración de los recursos públicos. Triste papel de esas señoras que de “pintoras” pasaron a ser “maquillistas” del edil. Le aplican cosmetología para tratar de que la opinión pública no vea su verdadero rostro: el de un agresor de mujeres, y vergonzoso el papel del resto de las participantes que prefirieron la alcahueteria que conducirse en base a valores, tan escasos en esta sociedad decadente y hedonista.