Crisis afecta la tradición de altar

Orizaba.- La instalación de un altar para los fieles difuntos requiere de un sinfín de elementos, sin embargo, a pesar de que éstos se dedican a los familiares o amigos, actualmente el consumidor no destina más de 80 ó 100 pesos para su colocación, informaron comerciantes del Melchor Ocampo.

 

Y es que esta costumbre de raíces prehispánicas y españolas, que da inicio desde el 28 de octubre en memoria de los asesinados y accidentados, el 29 de octubre para los ahogados, el 30 de octubre las mujeres muertas en el parto, el 31 de octubre niños y adolescentes, el 1 de noviembre para todos los Santos y el 2 de noviembre a los fieles difuntos, es para muchos de suma importancia debido sus creencias.

 

Desafortunadamente las condiciones económicas, informaron los comerciantes, son tan precarias para la población que resulta difícil para las familias adquirir los más de 20 elementos básicos que generalmente se utilizan para la adecuación del nicho para los muertos.

 

En todos los altares nunca faltan: flores, agua, veladoras, sal, copal, pan, caña, retratos, cruz, imagen de un santo, dulces, comida, chocolate, fruta y licor, por mencionar algunos.

 

El costo de las ofrendas en la actualidad podría estar desde 150 ó 200 pesos de integrarse con todos los elementos, sin embargo, los consumidores se adecuan a sus posibilidades dado que la situación económica no es la esperada, máxime a la cercanía del fin de año.

 

Esta fiesta de muertos se ha convertido en una costumbre básica para sectores educativos como sociales, por lo que es ya normal que los locatarios alisten sus mercancías para finales de octubre y principios de noviembre, en donde se pueden encontrar todos los elementos ya antes mencionados a precios accesibles, sobre en todo en los zocos municipales.

 

Estos altares realizados año con año por los familiares o amigos para todos aquellos seres queridos que emprendieron el viaje hacia lo que se conoce como el otro mundo, son para muchos un arte y el momento preciso para lucir sus ideas creativas, por lo que quienes los recuerdan alistan desde días antes a la fecha el altar para el abuelito, los tíos, los hermanos, los amigos, padres, hijos, etcétera, para ofrecerles sus comidas y bebidas favoritas.