Córdoba.- Más de 40 años deshabitada lleva la “casa embrujada” de la colonia Federal de esta ciudad, creando una historia urbana en torno a ella.
En la avenida 15 B, entre las calles 14 y 14 A, se encuentra una propiedad que luce descuidada y aparentemente abandonada; es la casa marcada con el número 1534, y ya sea de día o de noche, siempre se encuentra sola, y así ha permanecido por más de 40 años.
Los vecinos de la zona se encuentran renuentes a platicar de ella, quizá porque están más que acostumbrados a verla así, tal vez porque tras hablar los crean gente que alucina cosas o… por miedo.
Como ya es costumbre son los de menos edad los que se atreven a hablar, “inventando” historias macabras o simplemente diciendo la verdad: “Esa casa da miedo”.
Hace poco cortaron los árboles que prácticamente tapaban la fachada principal de la vivienda, sin embargo, el pasto crecido frente a ella denota el descuido del “dueño”, que por cierto…. No se sabe quién es.
Fue Genaro “X”, vecino de la Calle 14, quien platicó que en su niñez recuerda cómo acostumbraban a jugar frente a esa casa pues es una calle privada en la que no pasan vehículos y hay menos riesgo. En cierta ocasión, que se jugaba un partido de fútbol, cuando la noche se empezaba a asomar, una patada hizo que el balón fuera a dar al pasillo que comunica hacia el patio de la vivienda, “de hecho se perdió de nuestra vista, y por los gritos que mis amigos daban a quien tuvo mala pata, pues nos distrajimos un momento, entonces, cuando iba a entrar por la pelota, ésta ya estaba nuevamente enfrente de la casa, como si alguien la hubiera pateado, y aunque la mayoría le tomó poca importancia al hecho, pues seguimos jugando, pero a mí y a otros dos vecinos no se nos olvidó eso que pasó”.
Esta historia data de 1986 aproximadamente, en plena efervescencia del mundial de España, Genaro contaba con aproximadamente 16 años, edad de la valentía y el “todo lo puedo”, por ello, junto a dos amigos, uno de nombre Ernesto y del otro no se acuerda bien, cuenta que decidieron volver a la casa, pero en esta ocasión a la hora de “las brujas”, las 00:00 horas. “Con unas lámparas de apariencia metálicas, que usaban pilas “D”, y unos cuchillos de cocina (por si las dudas), realmente la casa no es nada grande, bastan unos pasos para estar ya en el patio, pero por el miedo que llevábamos, entrar se nos hizo eterno, y la verdad es que lampareamos dentro y fuera, y no vimos ¡nada! Así que decidimos retirarnos, pero al momento de abrir el portón que en ese entonces estaba abierto, el cuate que no recuerdo cómo se llama, se quedó paralizado, frío, casi sin respirar, y nosotros no sabíamos por qué, así que lo jalamos y lo sacamos. Ya cuando se calmó nos contó que al momento que salíamos todos, él era el último, —alguien, algo— lo retuvo sosteniéndole del hombro y no lo dejaba avanzar y aunque según él quiso gritar, no pudo, pues el miedo se apoderó de él, lo curioso es que al otro día que nos volvimos a ver, nuestro asustado amigo nos enseñó un extraño chupetón en el hombro, justo a donde sintió que lo habían sostenido, coincidencia o no, ya no quisimos regresar a la casa o jugar frente a ella”.
Una amable vecina de edad avanzada, casi susurrando y volteando a ver si alguien la veía o escuchaba, se atrevió a decir que en efecto, “esa casa está embrujada, porque dicen que los que vivieron en ella no aguantaron mucho tiempo, pues les escondían las cosas o les movían los muebles, claro, eso fue hace muchos años, mi madre aún vivía y eso me contaba, no me dejaba acercar a la casa, por temor a que me pasara algo y mire usted, a la fecha, nadie vive ahí”.
Doña Claudia, quien lleva más de 40 años viviendo en la Colonia Federal, sólo acertó a decir que algunos vecinos decían que se escuchaban ruidos al interior de la casa, pero “yo nunca he visto nada, pues yo vivo una avenida arriba, aunque eso sí, de pasar por ahí, mejor me paso por la banqueta de enfrente”. Fue la propia Claudia quien nos relató otra historia poco relacionada con la que le contamos aquí, pero no por ello, despreciable: “Al finalizar los 70,s en este lugar pasaba el río, muy limpio, no había tantas casas como hoy, entonces se podía escuchar más clarito lo que pasaba alrededor, y mi abuelita nos decía que la llorona caminaba por el río, lo atravesaba y se perdía en las lomas, así le decían al espacio verde que daba hasta donde hoy está una plaza comercial, de hecho por eso esa colonia se llama Lomas, entonces pues sí, también hemos tenido fantasmas por aquí, no sería raro que los hubiera en esa casa, por algo nunca está habitada”.
Como en todas las leyendas de miedo o historias urbanas, difícilmente sabremos la verdad, lo cierto es que la casa “embrujada” de la Federal, quitándole sus “historias”, es una casa que por sí misma da miedo e invita a retirarse de ahí lo más pronto posible y si no júzguelo usted mismo en nuestras imágenes.
Esperemos que a raíz de estos testimonios surjan más historias en torno a esta supuesta “casa embrujada”, y también que sepamos la verdad del por qué está deshabitada desde hace tiempo, aquí, a propósito del Día de Muertos, sólo le comentamos lo que dice la gente…