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Puente de Metlac mito o realidad

Superiberia

Fortín.- Desde su construcción, en 1982, el puente de Metlac ha sido relacionado con historias fantasmales y aterradoras. Los viejos narran que cuando comenzó su edificación los constructores batallaron demasiado para poder ponerlo en pie. Lograron hacerlo, según señalan, después de que el arquitecto pactara con el Diablo la entrega de almas.

 

La construcción de la superestructura del puente Metlac, de concreto preforzado por el método de dobles voladizos, con dovelas de 5 metros de largo y alcanzando los 90 metros, constituyó un récord mundial para puentes de doble vía férrea, desde entonces, ha sido un escenario reconocido por sus mortales accidentes y sus suicidios.

 

Las almas en pena de quienes han muerto trágicamente siguen rondando en este lugar, afirman automovilistas, camioneros y hombres viejos, quienes han tenido contacto con algunos de estos seres.

 

Inclusive, recientemente, se habló de que un hombre se arrojó hacia el vacío aproximadamente a las dos de la madrugada, y los pocos automovilistas que presenciaron el hecho de inmediato bajaron, y al asomarse observaron cómo al supuesto hombre le salieron unas alas por la espalda, con las cuales emprendió el vuelo, para después perderse en la oscuridad.

 

Una leyenda hallada en Internet cuenta que una familia venía de regreso a la ciudad de Orizaba, después de haber pasado el fin de semana en el Puerto de Veracruz. La noche era clara y tranquila y era muy escaso el tráfico, sin embargo, quizá por coincidencia, al llegar al puente de Metlac no se veía ningún auto que circulara por ahí, aparte del de ellos. Cuando de repente, como salida de la nada, vieron a una mujer con un bebé. Al detenerse el auto, la mujer se acercó inmediatamente, entonces pudieron apreciar su pálido y demacrado rostro con huellas de golpes, ella les dijo que se dirigía a Córdoba procedente de la ciudad de Puebla en compañía de su esposo, pero que éste venía ingiriendo bebidas alcohólicas, lo que le hacía ponerse muy agresivo con ella, por lo que cuando le suplicó que disminuyera la velocidad para evitar algún accidente, él comenzó a abofetearla enfurecidamente, diciéndole que si no le parecía, podía bajarse del auto con su hijo y a ver qué hacía para regresar.

 

Inútil fue tratar de apaciguarlo, por lo que al ver que su violencia crecía y temiendo que pudiera dañar también a su bebé, de sólo año y medio, prefirió bajarse del auto y caminar esperando que alguien la auxiliara.

 

Ante tales circunstancias, el matrimonio le pidió que pasara esa noche en su casa y a la mañana siguiente la llevarían a su casa para evitar cualquier problema, cosa que fue aceptada por la mujer, quien subió en la parte trasera del coche donde iban los hijos del matrimonio, al que llamó la atención que no se despertaran aunque la mujer sollozaba por momentos.

 

Al llegar a su casa arreglaron una pequeña habitación desocupada, acomodando una sola cama con dos sábanas, cobijas y almohadas que guardaban en otro lado, dejando además algunos juguetes por si el bebé despertaba y lloraba y también un termo con leche para que lo alimentara.

 

Tenía la familia un perro con fama de ferocidad que era el terror de los vecinos, por lo que causó extrañeza que en vez de recibirlos a su regreso con sus habituales ladridos y muestras de alegría se echara en un rincón gimiendo lastimosamente, a tal grado que no sabían qué hacer para calmarlo y decidieron llevarlo al día siguiente al veterinario. Luego de preguntar a la mujer su nombre y dónde vivía le desearon buenas noches y se fueron a acostar, presas de un profundo cansancio.

 

Cuando se levantaron al día siguiente y buscaron a la mujer no la encontraron por ningún lado, y en la habitación que le habían asignado estaba todo perfectamente ordenado, sin nada de lo que habían dejado para la mujer y el bebé, al principio pensaron que quizá se habría ido durante la noche llevándose todo, pero era algo imposible, debido a que no era fácil abrir la puerta de la calle, aún con la llave, luego de revisar bien toda la casa encontraron la ropa de cama que le habían dado a la mujer en su lugar habitual.

 

Totalmente desconcertados, no sabían qué pensar, pues estaban seguros de lo que habían visto y que todo lo sucedido era real, los niños estaban por completo intrigados y volvieron a buscar en la habitación que habían dado a la mujer y al bebé, encontrando en la hendidura del sofá un zapatito y un pequeño escapulario.

 

Por lo que decidieron buscar a dicha mujer con los pocos datos que les había proporcionado, y luego de una larga búsqueda cerca del fraccionamiento San Nicolás, en Córdoba, de donde se suponía era la mujer, la dueña de una pequeña tienda les dijo que hacía tiempo que había muerto en un accidente automovilístico, precisamente en el puente de Metlac.

 

Como era natural, la familia quedó vívidamente impresionada y por un tiempo nadie pudo conciliar normalmente el sueño, hasta que una vez que la chica se confesó en la misa de fin de cursos del colegio donde asistía, el sacerdote le aconsejó que le dijera a sus padres que dedicaran unas misas para el descanso de esas almas, algo que hicieron y que logró hacer que reinara la tranquilidad en el hogar de esta familia, aunque quedara por siempre en la mente de sus integrantes esta experiencia de la cual fueron protagonistas.

 

Así como esta historia existen muchas otras, la gran mayoría tiene relación con los acontecimientos donde han muerto decenas de personas.

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