Orizaba.- El Sínodo de la Familia reúne a más de 400 participantes, entre pastores católicos, de otras religiones y familias de los cinco continentes; contrario a lo que algunos esperarían, no arrojará sorpresas. Las buenas noticias son para la familia que debe considerarse patrimonio de la humanidad, afirmó el vocero diocesano Helkyn Enríquez Báez de Orizaba.
Sobre el sacerdote que laboraba en El Vaticano y la víspera del Sínodo hizo pública su homosexualidad, el también Doctor en Bioética y Moral, no dudó que sea un acto que agravia a la Iglesia que como una madre o un padre, sienten tristeza de perder un hijo.
Sin embargo, también dijo que fue un acto protagónico, tendencioso y oportunista, dado que lo hace precisamente en la antesala de un acontecimiento mundialmente importante para la vida de la familia.
“ Tendríamos que recordar que no es la primera vez que se da un escándalo en la Iglesia, ya hemos tenido otras circunstancias y el clero sigue, la comunidad de Jesús tuvo uno que se salió y que optó contrariamente a lo que Cristo les había dicho y él terminó en su propia destrucción, pero la congregación siguió, los discípulos siguieron, incluso se sustituyó por un buen apóstol el que faltaba y en distintas etapas de la Iglesia siempre va a haber algunos hermanos que aún conociendo el mensaje de Cristo decidan salirse”.
“Y precisamente la Palabra de Dios este domingo ilustra sobre el amor humano y de la familia. En el mensaje del Papa Francisco se ha reflexionado sobre el problema de la soledad, indicando que hoy hay muchos juegos, pero poca diversión, hay muchos centros de reunión, pero poca compañía, nos saludamos todos, pero nos conocemos muy poco y eso genera una cultura de la soledad y del egoísmo”.
“Esta actitud debilita las relaciones de amistad, de matrimonio y de las familias, se encuentra vigente una cultura donde casi nadie comparte o está dispuesto a donar todo, más bien espera todo y no ofrece casi nada; hay más acciones que deshumanizan, por ejemplo, se promueve la promiscuidad o infidelidad”, explicó el padre Helkyn.