LOS ÁNGELES.- El domingo por la noche y la madrugada del lunes los habitantes de gran parte del mundo, incluido el continente americano, tendrán la oportunidad de disfrutar de un espectáculo poco usual.
Se trata de un eclipse de Luna total (en el que la Luna queda completamente en sombras porque la Tierra se interpone entre ésta y el Sol), que además coincide con una súper Luna.
La última vez que este extraño posicionamiento de los tres cuerpos celestes tuvo lugar fue en 1982. Y el próximo no ocurrirá sino hasta 2033.
Pero mientras que para los amantes de la astronomía este espectáculo -en el que la Luna se torna de un color rojizo- puede ser simplemente hermoso o emocionante, para los expertos de la NASA es un pequeño dolor de cabeza.
¿Por qué? Porque temen que la falta luz solar pueda dejar sin energía a una de sus naves espaciales más importantes: el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO, por sus siglas en inglés), cuya misión consiste en explorar nuestro satélite natural.
La Luna se verá rojiza porque su superficie estará iluminada por rayos tenues que rebotan de la atmósfera terrestre.
“Hay dos cosas que ocurren durante un eclipse: comienza a hacer frío y no hay sol para cargar las baterías”, le explica Noah Petro, científico de la agencia espacial estadounidense.
El eclipse total durará más de una hora y “la nave se quedará sin luz directa del Sol por cerca de tres horas”.
Por su parte Dawn Myers, del centro de vuelos espaciales Goddard de la Nasa, dijo en un comunicado: “Siempre es estresante cuando está llegando el eclipse, pero seguimos los mismos procedimientos y no hemos tenido ningún problema”
También hay que tomar en cuenta que el equipo de la NASA ya ha lidiado exitosamente con tres eclipses lunares en los últimos 17 meses.