Orizaba.- La Iglesia Católica, el INAH y algunos ciudadanos felicitan a Orizaba por su logro de ser Pueblo Mágico; ahora su gente es la que debe provocar que la ciudad siga siendo no sólo mágica, sino limpia e histórica.
En tanto, el alcalde Juan Manuel Diez manifestó en sus primeras impresiones, tras recibir este nombramiento, un agradecimiento a quienes hicieron posible este logro, felicitó a los orizabeños y les dijo: “Sonrían… porque Orizaba ya es Pueblo Mágico”.
En Orizaba la noticia era esperada por los distintos sectores y actores sociales que de inmediato comenzaron a emitir sus puntos de vista, bromas y comentarios sarcásticos en algunos casos, pero todo el tema verbal, redes sociales o en el café eran sobre el Pueblo Mágico, título que la ciudad ganó este 25 de septiembre.
Los trabajos para recibir este nombramiento se realizan entre municipio, estado y la misma población que contribuyó haciendo modificaciones a sus fachadas para llegar a este nivel. Orizaba cuenta con arquitectura, infraestructura y la belleza de sus templos religiosos, pero además es una alegría que aquí se reconozca ese esfuerzo de quienes siembran para mejorar el presente y futuro de las distintas generaciones, dijo al Vicario General de la Diócesis de Orizaba, Francisco Aguilera Medrano, quien felicitó a todos los orizabeños.
Ahora toca que cada ciudadano y sus autoridades sigan trabajando por conservar no sólo el título sino lo que han conseguido de belleza en la ciudad y desde su vocación o servicio también sigan trabajando para el Pueblo Mágico que ya es Orizaba, afirmó quien hace funciones de Obispo, en ausencia de Don Eduardo Cervantes Merino.
El teleférico, el Palacio de Hierro, ex conventos, museos, los ecoparques, el paseo del río Orizaba y distintas actividades culturales en una ciudad de leyenda e historia vuelven a ser noticia nacional y sueño cumplido de muchos en los aspectos de turismo, economía y proyección de su patria chica.
A la felicitación de Orizaba se unió la supervisora de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Irma Becerril, quien es testigo de la transformación que ha tenido la ciudad y de la que dijo: “Es un orgullo poder trabajar coordinadamente con sus autoridades”.