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Humillan a enfermos en clínica 64 del IMSS

Superiberia

Córdoba.- Humillante es el servicio que brinda la clínica 64 del Instituto Mexicano del Seguro Social a los enfermos de dengue y chikungunya, ya que los hacen esperar hasta siete horas para recibir atención médica.

 

Diariamente se presentan al menos entre 60 y 70 personas a la clínica 64 que participa en el Modelo de Competitividad, la cual dista mucho de lo que pretenden alcanzar, ya que el servicio que ofrecen es deficiente.

 

Para las autoridades del IMSS es casi imposible mejorar el servicio, debido a que los trabajadores no hacen ni el mínimo esfuerzo por tratar de ofrecerlo, ya que se sienten protegidos por el sindicato, que los defiende a capa y espada de todas las querellas.

 

El paciente se siente ofendido, humillado y sobajado por el trato que le dan los trabajadores y médicos, quienes los citan desde las 7:00 horas para que hagan fila y poder darles la atención médica, a pesar de los estragos de la enfermedad, que va desde fuerte dolor de huesos, hasta fuertes temperaturas que pueden alcanzar los 40 grados.

 

Es más, pese a que el enfermo acude a la atención médica a su clínica, en este caso para obtener la incapacidad, ahora los está citando Epidemiología a las 5:00 horas para llevar un registro del número de enfermos, como si realmente les importara mucho saber cuántas personas son las que tienen el padecimiento. 

 

Pero esta epidemia tal parece que a los trabajadores del IMSS poco les interesa, porque gozan hacer esperar a los pacientes, mientras ellos se la pasan platicando, desayunando y en el baño.

 

Y es así como pretenden concursar como una clínica modelo, primero deben corregir todas las fallas, y después ver si es que en realidad pueden hacerse acreedores a participar. Hasta cúando es que la institución tomará acciones para tratar de frenar el dengue y la chikungunya, el sector salud ni siquiera ha emprendido acciones para descacharrizar y fumigar las colonias de la ciudad, los cuales sufren por el aumento del mosco transmisor.

 

El alcalde Tomás Ríos, ni siquiera ha encomendado a su Regidor de Salud, que implemente medidas de descacharrización y fumigación para evitar que el mal se propague, él está más preocupado por ver lo que saca de sus parquímetros o cómo va a obtener más dinero para gastárselo en obras como el estacionamiento del museo.

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