Ciudad Mendoza.- El Sindicato integrado por hombres de los estados de Tlaxcala, Oaxaca y Puebla, inmigrantes que a finales del Siglo XIX llegaron a trabajar a Santa Rosa, hoy Ciudad Mendoza, cumplieron 100 años de haberse conformado.
A un siglo, ese sindicalismo fue aniquilado; dentro de la fábrica textil CIVSA se impusieron los líderes charros contra la libertad de expresión, tratando de simular una celebración obrera con una conmemoración cultural, ocultando que la fábrica textil sigue trabajando con el amparo de las autoridades de todos los niveles de Gobierno.
El acceso, a pesar de haberse anunciado públicamente que era libre, fue restringido para el Jefe de Información de EL BUEN TONO, por haber propuesto a obreros despedidos en 1991 para obtener una presea nacional, desalojados violentamente hace 24 años.
La fábrica textil Santa Rosa fue inaugurada el 15 de mayo de 1896 por el presidente de México, Porfirio Díaz, dio abundancia a ese pueblo e impulsó una de las culturas más representativas de Veracruz, de ahí surgieron líderes nacionales de la CROM como Eucario León, destacó el historiador de las Altas Montañas, Armando López Macip.
A la celebración acudieron mendocinos destacados como el profesor Luis Amado Rodríguez Rossáinz, célebre mentor fundador de un sindicato a nivel estatal, nieto del primer secretario general del Sindicato de la CIVSA, Manuel Rossáinz. Sin embargo, en tal conmemoración se impuso la cerrazón, la invitación a pesar de haber sido convocada por el historiador de la Universidad Veracruzana, Bernardo García Díaz, escritor oficialista que es parcial en sus relatos y mantiene en contubernio el Museo Comunitario con el líder de la CROM en Ciudad Mendoza, José Torres Serrano, impidieron el acceso a los medios de comunicación de corte crítico.
El argumento del chofer y policía de José Torres Serrano, pagados por el Ayuntamiento de Mendoza para cerrar el acceso, fue: “No puede usted estar aquí, tengo instrucciones de no dejarlo pasar”, y colocaron una fila de golpeadores en la entrada donde era la ceremonia para intimidar la presencia.
Se le cuestionó quién daba dicha instrucción y por varios minutos no hubo respuesta; el asesor especial del Sindicato, José Torres Serrano, comentó a la prensa que sí tuvo acceso, que era una cuestión con el reportero que apoyó a los obreros despedidos de 1991 para obtener una medalla a nivel nacional, inmediatamente, para evitar conflictos mayores, el que escribe, decidió abandonar el lugar.