Orizaba.- La Iglesia católica no descarta recurrir a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos o a la Comisión Interamericana para proteger el derecho de los niños, que se está violentando al aprobar la unión de parejas del mismo sexo, informó el coordinador de la Pastoral Familiar en la Diócesis de Orizaba, Juan Manuel Solórzano Bernal.
Cuestionado en torno a las acciones que los laicos emprenderían con la campaña nacional “México es uno por los niños”, recordó que se recurrirá a todas las instancias porque ciertamente se viola el derecho de los niños a tener y disfrutar de un papá y una mamá.
Y es que por desgracia, tras el fallo de la Corte donde estarían avalando la unión de personas del mismo sexo, como si se tratara de un matrimonio, podría traer como consecuencia que las personas formaran no sólo parejas sino buscaran la adopción de niños.
Todos los recursos de ley se van a agotar, como ciudadanos, miles de veracruzanos están en la lucha y quieren lograr mayor unión para este y otros temas.
Está claro que al permitir a personas del mismo sexo la unión por el civil se estaría motivando en ellos o alentando esa posibilidad de adopción, ante lo cual se acudiría hasta instancias como un Tribunal Internacional, “finalmente no estamos dispuestos a bajar la guardia, tenemos el ánimo de seguir para que esto no avance como en otros países como Estados Unidos, donde una Juez se apegó a sus principios religiosos negándose a otorgar ese tipo de matrimonio y ahora está en la cárcel; lo importante es no salvaguardar un derecho y pisotear otro, sino que haya derechos para todos de forma equitativa”.
El sacerdote, que en breve viajará a Filadelfia para participar en el Congreso Mundial de las Familias con la presencia del Papa Francisco; pidió a la sociedad estar atenta e informada de sus derechos para hacer válidos los preceptos de “México es uno por los niños”.
PROPUESTAS
Grupos antagónicos a las propuestas de la Iglesia católica y de laicos, igual pugnan para que haya cambios legislativos.
Algunos luchan por oficializar esos matrimonios y los opositores se basan en propuestas antropológicas, psicológicas, religiosas y sociales para que si se aprueba esa unión, al menos no sea llamada matrimonio.