Córdoba.- Lo decimos fuerte y claro. Los dos reporteros de EL BUEN TONO que presenciaron la ejecución de dos jefes Zetas y un reportero coludido, no tenían por qué estar conviviendo con delincuentes. Por ello, fueron cesados.
Ambos periodistas no debían estar reunidos con delincuentes a medianoche, en un bar ingiriendo bebidas alcohólicas, sin cumplir una orden de trabajo y sin haber informado a sus superiores.
EL BUEN TONO ha cesado, tan sólo en el último año, a media docena de reporteros por haberse comprobado que faltaron a la ética de la empresa y del mismo periodismo libre. Y en esta ocasión, no podía ser la excepción.
Es necesario puntualizar que los hechos registrados el jueves a primera hora fueron un ajuste de cuentas de un grupo delictivo contra otro.
No fue un atentado a la libertad de expresión, ni un ataque contra el periodismo veracruzano.
No obstante, también lo decimos claro y directo. El Gobierno del Estado es el responsable de salvaguardar la integridad de sus habitantes en todo el territorio.
No lo eximimos, porque nos queda claro que dentro del Gobierno, como afuera, entre la población, hay delincuentes que actúan en colusión.
En EL BUEN TONO reiteramos nuestro compromiso con la verdad y con nuestros lectores, y faltaríamos a éstos deberes si permitiéramos que nuestros reporteros estén en complicidad con grupos delictivos.