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Neuróticos Anónimos, esperanza de muchos

Superiberia

Córdoba.- Los celos acabaron con mi matrimonio de 4 años y el no ir al parque con mi hija; platicar con ella y saber lo que sentía. 

 

Mi hija no me tenía respeto, me tenía miedo y se escondía debajo de una mesa cuando me oía llegar. Hoy puedo decir que soy una mujer feliz, mi nombre es Martha y este es mi testimonio de vida. 

 

Fui una mujer muy celosa, cualquier momento era oportuno para imaginar que mi esposo me engañaba todo el tiempo. Él trabajaba en una comunidad de religiosas y en varias ocasiones pensé que tenía que ver con alguna de ellas porque mis celos invadían mi pensamiento.

 

Desde muy joven decían que tenía un carácter muy fuerte, que era estricta, que estaba mal, yo pensaba que las cosas eran así. Me casé y tuve a mi hija a los 21 años, pero empecé a discutir con mi esposo por celos, sin fundamento. 

 

Él es un hombre noble y mi hija, una niña inteligente. Pero en ocasiones, cuando la niña lloraba la sacaba de la casa y la dejaba afuera hasta que se tranquilizara. Para mí, esa era la forma de educarla, de demostrarle todo el amor que sentía por ella.

 

Cuando me iba a trabajar, dejaba a mi hija con mi mamá; pero al regreso, en algunas ocasiones me di cuenta que al escucharme se escondía debajo de la mesa, pero en otras pensaba que no pasaba nada malo.

 

Mi ex esposo trabajaba y en esas horas que me separaba de él, busqué formas de llamar su atención y le hablaba por teléfono para decirle que la niña estaba enferma. Así él retornaría a la casa; en otras ocasiones yo era la que me ponía mal y así me sentía contenta pues con esa mentira llegaría en ese momento a casa. 

 

Para que las llamadas tuvieran éxito y no sólo fueran de quejas, le hablaba feliz, contenta y le decía que había cocinado algún platillo que le gustaba y quería saber a qué hora estaría en casa, y esperaba frente al televisor su llegada, pero sólo estaba allí, mis pensamientos me decían que se había encontrado con alguien y yo tonta esperándolo. 

 

Muchas veces él me preguntaba ¿qué tienes? 

 

Nada ¿por qué? Era mi respuesta y proseguía ¿qué, tengo que tener algo?, ¿debo estar mal por algo? o ¿hiciste algo por lo que tengo que estar mal?  El acoso era tal que terminaba en discusión, incluso llegué a golpearlo.

 

La finalidad del grupo de Neuróticos Anónimos Buena Voluntad 24 horas, es fomentar la familia, pues el núcleo familiar hace hijos con confianza, libres de expresión, exitosos. Somos muchas personas, somos muchas historias diferentes y si en este momento no viven algo así, ojalá utilicen la información para alguna persona que conozcan, que viven una situación similar a la mía y a la de otras personas.

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