Regularmente hablamos de las crisis económicas mundiales o en nuestro país, muy pocas veces nos referimos a crisis como de valores, de principios, en el deporte, en la seguridad, en la salud o en la educación entre otras; el día 11 de febrero del presente año, para los que somos católicos, nos encontramos en una crisis que desde hace más de 600 años no se vivía, me refiero a la crisis de culto, el pasado lunes 11 renunció a ser Papa, Benedicto 16.
En el mundo contemporáneo esto era imposible, estábamos acostumbrados a que la designación de un Papa o como lo llamamos los católicos, Santo Pontífice, era el hombre que por historia de la iglesia católica ocupaba la silla de San Pedro, el guía espiritual de millones de católicos, el hombre más poderoso por representar a millones de personas en la tierra, el representante de nuestro dios en la tierra, renunció a este altísimo honor.
De acuerdo a la tradición de la iglesia católica, se deberán reunir hombres de todo el mundo con características de ser Cardenales y de no rebasar los 80 años en el llamado cónclave, deberán hacerlo en la basílica de San Pedro, en particular en la Capilla Sixtina a efecto de designar a un nuevo Papa.
Esto era común cuando el Papa en funciones moría, así sucedió en muchos momentos, el suceso que recuerdo más cercano fue la muerte del entonces Papa Juan Pablo Segundo, durante aproximadamente 600 años fue la forma de designar a un nuevo Papa; sin embargo, las reglas internas de la Iglesia Católica dice que un Papa debe ser electo a la muerte del que está en funciones o renuncia, esto último no sucedía por lo menos en los últimos 6 siglos. Ahora que se da, de acuerdo a los cánones la renuncia es irrevocable, se debe elegir a un nuevo Papa, sólo que ante esta decisión del hasta ayer Papa Benedicto 16, estará vivo, en consecuencia debemos estar atentos entre la convivencia de un ex Papa vivo y un Papa en funciones.
La características para elegir al nuevo Papa son muchas, pero dos son relevantes, debe ser un hombre con capacidad de ser pastor de sus fieles y gobernar un estado, el estado vaticano, si bien es muy pequeño territorialmente, es muy poderoso económica y colectivamente en todo el mundo, en algunas regiones con mayor presencia que en otras, pero debemos significar que en América y en particular en la República Mexicana, sus fieles o devotos se cuentan por millones, destaco lo anterior porque debe haber una explicación creíble a los seguidores de este culto, no bastará que se diga que estaba cansado y que por ello deja esa altísima responsabilidad; lo anterior debido a que automáticamente nos llegaría el recuerdo de Juan Pablo Segundo, un Papa que representó a su pueblo hasta el último aliento, seguramente quedará descartado el argumento de que su dimisión fue por cansancio o enfermedad, lo cierto es que la Iglesia Católica está atravesando por un momento de crisis severa, obispos y sacerdotes, con sus honrosas excepciones, no les importa la fe que pudiéramos tener millones de católicos, así lo demuestran en nuestro país y en muchas partes del mundo en crisis como es España, recuerdo que en su visita de hasta ayer el Papa Benedicto 16, lo recibieron con carteles donde decían; Dios SI, Iglesia NO, palabras muy significativas y profundas, es claro el rechazo a la Iglesia y a quienes ejercen esta altísima responsabilidad, tenemos muchos ejemplos, sólo que estos tiempos de crisis gubernamental, económica, de falta de empleo y de partidos y actores políticos, ahora se suma la crisis católica.
El Papa Benedicto 16 o los voceros de la Iglesia, ante este hecho histórico en el mundo contemporáneo, se debe dar una explicación convincente, clara y precisa, de otra manera en todo el mundo empezaremos a decir: DIOS SI, IGLESIA NO. ¿Usted qué Opina?
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