Córdoba.- Dicen que la ciudad más limpia no es la que más se barre, sino la que menos ensucian sus habitantes. Y es cierto.
Pero si bien los cordobeses no son los que menos ensucian la ciudad, también es cierto que es obligación y responsabilidad de la autoridad municipal el mantener la ciudad limpia, y para ello, utiliza parte de los recursos económicos que a través de los impuestos, llegan cada mes a su Tesorería.
El departamento de Limpia Pública es uno de los varios rubros presupuestales en los que la nómina actual de la Presidencia Municipal ha sufrido incrementos importantes. En los 15 meses de gestión de Tomás Ríos al frente del Gobierno municipal, el número de empleados en esta área ha aumentado en 22. El alcalde Rivas dejó una plantilla de 139 empleados, ahora hay 161.
Y si ese aumento en el personal significara que se da un mejor servicio a la ciudad, no habría queja. El problema es que la ciudad cada vez está más sucia y el parque vehicular y las herramientas que se disponen para este servicio fundamental, está cada vez más deteriorado.
Ya informábamos hace un par de días que en nómina, Tomás Ríos ha gastado 30 millones de pesos más, debido al incremento en la plantilla de personal. Y si bien el “hubiera” no existe, muchos cordobeses ahora se preguntan cómo estaría la ciudad si en lugar de gastar esos 30 millones en sueldos de amigos, parientes y ahijados, se “hubiera” aplicado en servicios.
La respuesta es clara. Córdoba sería otra, muy distinta, si el actual Alcalde hubiera aceptado trabajar en realidad en beneficio de los cordobeses y de la ciudad. Y como ejemplo tenemos al anterior alcalde, Guillermo Rivas Díaz, quien en tan sólo nueve meses de gestión dio una muestra de lo que es posible hacer por una ciudad y un municipio si se trabaja con honestidad y responsabilidad social y política.
Los cordobeses recuerdan que al llegar al puesto, Rivas encontró un paquete de obras ya negociadas y con los recursos ya etiquetados por parte de su antecesor, el alcalde deshonesto Francisco Portilla Bonilla. Sin embargo, Rivas desconoció los arreglos de aquel mal alcalde y no reconoció los arreglos de Portilla con constructoras tramposas y corruptas, y volvió a negociar y adjudicar obras de manera correcta, ahorrando en el camino 14 millones de pesos de los cordobeses.
Pero no sólo los ahorró, sino que los invirtió en beneficio de la ciudad, comprando equipamiento y parque vehicular de primera, para mejorar los servicios básicos de la ciudad. Grúas, canastillas, podadoras, barredoras, pipas, etcétera, llegaron juntas al Parque 21 de Mayo en un evento que recordamos todos. Ese equipamiento todavía existe, o debería existir, pues muchos se preguntan en dónde están las barredoras, por ejemplo.
Semanas después de la llegada de todo este equipamiento y vehículos especiales, tomó posesión Tomás Ríos, y en lugar de aprovechar el ejemplo de su antecesor, de inmediato procedió a aumentar indiscriminadamente la nómina. El resultado es que de los 231 empleadaos de confianza que cobraron la primera quincena de enero del 2014, la segunda quincena del mes de abril pasado, cobraron 489. Sólo en el rubro de empleados de confianza, hay ahora 258 empleados más que hace 15 meses.
Y el ejemplo de lo que sucedió, lo da el propio Ayuntamiento, pues en el rubro presupuestal de los ediles (presidente, síndico y regidores) el aumento de costo de personal es palpable. En enero de 2014 había 14 empleados de los cordobeses (los miembros del Cabildo). A cada uno, se le asignó un auxiliar, y a otros, choferes y otros asistentes, para dar un total, el mes pasado, de 22 empleados.
El aumento más caro, en personal, se ha dado en Obras Públicas. Rivas dejó 90 empleados en esa dependencia; ahora, Tomás tiene a 156.
Sesenta y seis empleados más para Obras Públicas, que habrá que ver qué es lo que han hecho estos quince meses además de cobrar, porque obras… simplemente no se ven.