México.- Como lo marca la historia deportiva de América, con la ceremonia ritual del encendido del Fuego Nuevo en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, inicia el camino a la segunda justa del ciclo olímpico rumbo a Río de Janeiro 2016.
Los Juegos Panamericanos son la segunda parada del ciclo olímpico. Hace apenas seis meses, con motivo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, este sitio se vistió de gala para comenzar la fiesta deportiva de la zona mesoamericana y ahora recobra su memoria para repetir la escena.
Sobre la imponente Calzada de los Muertos, flanqueada por la Pirámide de La Luna y el Templo de Quetzalcóatl, se siente la armonía que inunda el cuerpo y el humo de la ceremonia se conjuga con el deseo de trascender. El deporte es el medio y el arma cada una de las voluntades de los atletas.
A lo largo de los casi cuatro kilómetros, se asoman imponentes los palacios, templos y construcciones que enmarcan el espacio para el ritual del Fuego Nuevo. En medio de estos rituales ancestrales, en donde según la mitología fue elegida por los dioses para crear el centro del universo, la llama comenzó a arder para que durante 41 días recorra 130 comunidades canadienses.
La flama llegará el 10 de julio al Pebetero del estadio para la ceremonia de apertura de los Juegos Panamericanos Toronto, Canadá 2015.