“Hay que tener cuidado con las palabras porque las palabras invocan, convocan, provocan y derrocan”, decía un maestro en la querida Facultad de Ciencias de la Comunicación (FACICO) –hoy lamentablemente secuestrada por un grupúsculo de seudoperiodistas que toda su vida han hecho del chayote y lisonja al poderoso su modo de vida-. Y es verdad lo que aconsejaba el catedrático sobre las palabras, por lo que ofrecemos una disculpa a un lector que se dirigió a este espacio para calificar como una falta de respeto la comparación que se hizo en un texto anterior de los malos políticos con las personas que padecen autismo.
La columna que incomodó al lector fue aquella que trató el tema de la operatividad electoral en el distrito cordobés por parte de la corriente panista que encabeza Miguel Ángel Yunes Linares, la cual –se dijo– podría hacer ganar hasta “un autista”. Sin embargo, no fue la intención menoscabar la capacidad intelectual de las personas autistas –se ha comprobado científicamente que son muy inteligentes pese al aparente distanciamiento con su entorno– ni mucho menos demeritar su calidad moral al colocarlos a la par de un político. Eso sí ofende.
No. Tal vez se usó un término equivocado y se reconoce el error. Se ofrece una disculpa al lector, que tiene un familiar con autismo, y también a los otros lectores que pudieron sentirse incómodos con lo escrito.
Al mismo tiempo se aclara, no como justificación sino como el contexto de lo tratado, que la referencia fue hacia los “autistas políticos”, un término usado desde hace muchos años y que el politólogo español, José Antonio Marina, lo explica muy bien en su “Tratado de la patología política”.
El “autismo político”, dice el analista ibérico, es una enfermedad de la comunicación y sus víctimas no comprenden lo que piensa o siente el resto de las personas y, por lo tanto, no tienen la necesidad de comunicarse con ellas. Los políticos están encerrados en su mundo. Fingen no oír ni ver al pueblo, les importa un bledo hacer algo a favor de la población. Esos son los “autistas políticos” a los que se aludió, y Veracruz está plagado de ellos, desde los que despachan en Palacio de Gobierno en Jalapa hasta los que calientan las sillas de los palacios municipales.
YA SE CAYÓ EL ARBOLITO…
La derrota de los Tiburones Rojos del Veracruz frente a Los Gallos Blancos de Querétaro sucedida el domingo pasado dejó fuera al equipo veracruzano del Torneo de Clausura 2015. Es decir, están fuera de la jugada y hay desencanto entre los aficionados al futbol, pero el más dolido es el dueño del equipo, el priísta Fidel Kuri Grajales, quien está de luto completo pues había montado su campaña electoral por la diputación en el Distrito XV sobre la popularidad del club deportivo.
A los llamados escualos les cayó la mala suerte porque Kuri Grajales los obligó a vestir una playera color verde con el objetivo de que la afición identificara al equipo con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) que va en coalición con el Revolucionario Institucional. Ese fue su error porque apenas la usaron y perdieron el partido contra los mismos contrincantes el 14 de mayo y el domingo 17 el equipo queretano les repitió la dosis y los sacó de la liguilla.
La intención por tratar de confundir a los aficionados y darle un sentido electoral al futbol fue contraproducente y la derrota de Tiburones Rojos pareciera premonitoria al fracaso de Fidel Kuri Grajales en los comicios del próximo 7 de junio, en el distrito de Orizaba. Tal es la especulación que deberá comprobarse en 15 días.
Mientras tanto, lo que sí es cierto es que con los resultados negativos de los Tiburones Rojos en el Torneo de Clausura 2015 se le acaba la veta a Kuri para seguirse promocionando electoralmente con el equipo.
Un tiburón derrotado no atrae votos y como ya no habrá partidos Kuri tampoco seguirá regalando boletos para comprar el sufragio de los aficionados.
Ni modo, se quedó sin muleta de promoción y ahora debe andar desesperado porque no tiene otra cosa de valía para convencer a los electores del distrito orizabeño.
Por ello, los malquerientes del candidato ya le cantan aquella popular canción: “Ya se cayó el arbolito/ donde dormía el pavorreal./ Ya se cayó el arbolito/ donde dormía el pavorreal./ Ahora dormirá en el suelo,/ ahora dormirá en el suelo,/ y ahora dormirá en el suelo/ como cualquier animal”.
LA VOLVIÓ A “MOLCAJETEAR”
El escándalo armado hace dos días en Jalapa por el cómico Juan Nemi Dib no tiene desperdicio por ningún lado.
El lunes pasado durante la ceremonia para recordar el aniversario luctuoso del exgobernador Rafael Hernández Ochoa, el político cordobés agredió verbalmente al secretario de Salud, Fernando Benítez Obeso, al momento en que era entrevistado por los reporteros pues gritó: “¿Qué le preguntan a ese hijo de la chin…..?”. Más tarde, en pleno acto oficial continuó la agresión y le manoteaba soltando reclamos y amenazas contra el funcionario.
Las cámaras fotográficas captaron la secuencia de la patanería de Nemi Dib, quien está desesperado y acorralado por los señalamientos de haber cometido desfalcos cuando se desempeñó como Secretario de Salud. En especial, Nemi acusa a Benítez de haber filtrado los documentos que sustentan la denuncia penal que la comunicadora Claudia Guerrero interpuso ante la Procuraduría General de la República (PGR).
El ahora Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública sabe que hay documentos que probarían lo dicho por la columnista y que lo sentarían en un banquillo ministerial.
Por esa razón anda muy nervioso y lanza mordidas contra todos a su alrededor. Los bien enterados de esos asuntos aseguran que el terror se acrecentó cuando leyó que en la prensa la información sobre el uso ilegal de 200 mil pesos del erario para pagarse una banda gástrica en un hospital porteño con el fin de reducir peso y que el dinero le fue facilitado en el 2013 por el exdirector jurídico de la dependencia, Juan Cucurachi Pérez, a quien también se le señala de haber usado dinero estatal para costear un tratamiento de intoxicación por consumo de drogas a un amigo en la costosa clínica Oceánica en Mazatlán, Sinaloa.
Eso detonó la paranoia de “Don Molcajeto”, como le conocen en el medio de la farándula pues durante varios años condujo un programa de chismes en RTV llamado “El Molcajete” y ahora sí, como dicen en el barrio, Nemi Dib la volvió a “molcajetear” al perder los estribos y atacar en público a su sucesor en la Secretaría de Salud.
Y claro, este tipo de espectáculos bochornosos también reflejan que no hay autoridad en el gabinete estatal, la figura del gobernante en turno se encuentra tan desgastada que ya no le alcanza ni para meter orden entre sus colaboradores, los cuales no tardan en liarse a golpes.
¡QUE SE LARGUEN LOS DOS!
No sólo son majaderas sino insolentes y estúpidas las burlas que el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, hizo de los indígenas con los que se ha reunido para preparar los comicios federales del próximo 7 de junio.
En redes sociales se difundió el audio de una llamada telefónica entre Cordova y el Secretario Ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo Molina, en la que el primero se mofa de las peticiones de representantes étnicos en temas de redistritación así como de los familiares de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero, que piden la cancelación de elecciones en esa entidad.
Los arremeda diciendo: “Yo jefe, gran nación chichimeca… yo gran toro sentado… yo no permitir elecciones”, y remata diciendo que el oírlos hablar es una cosa que le da “pánico” y que es para terminar “divertidos o en el siquiatra”. ¿Qué se cree este junior para burlarse de los indígenas mexicanos? ¡Que se largue si le da pánico hablar con ellos! No tiene vergüenza porque ahora se queja de espionaje e interpuso una denuncia ante la PGR por el audio que se difundió.
No cabe duda que su padre, don Arnaldo Córdova, un intelectual identificado con la izquierda y las causas justas del país, a de estar dándose topes contra la pared por haber engendrado a un hijo de esa calaña.
Pero esto no es un hecho aislado, si bien son reprobables las expresiones racistas de ese sujeto –que no merece estar al frente del INE, se insiste–, las mismas apuntan al Gobierno federal pues se dan en la víspera de que el Consejo General del instituto analice la petición para retirar el registro al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) por violar repetidamente la ley electoral.
¿Quién tiene la capacidad de espiar a funcionarios de alto nivel? Los Pinos, y la difusión del audio, dicen expertos, fue un apretón al junior Córdova para que se desista de oír el reclamo ciudadano y de los otros partidos para que se sancione al PVEM que es satélite del PRI.
Hay elementos para quitarle el registro al Partido Verde y por eso las presiones para que el Consejero Presidente se arrodille y lo proteja, garantizando así el proyecto oficial para mantenerse en el poder con un partido títere, sustituto del tricolor que está totalmente desacreditado. Tal vez sea cierto, pero lo evidente es que ambos, Lorenzo Córdova y el PVEM, han colmado la paciencia de todos. ¡Que se larguen los dos!