A partir de hoy lunes solo restan 18 días de promoción para los que buscan convertirse en diputados federales. Dos semanas y tres días son los que quedan para que los candidatos difundan sus plataformas y ganen adeptos aunque, en realidad, el tiempo se les vino encima y salvo que ocurra un escándalo considerable que debilite al rival, las cifras demoscópicas ya no se moverán significativamente porque ya no hay tiempo, afirman los expertos.
Esa vieja teoría que se basa en la gastada frase de “echarle toda la carne al asador” al último minuto ya no aplica en los días previos a la elección pues lo que no se hizo al principio tampoco se logrará al cuarto para las doce.
Obviamente no se habla de la imposibilidad de ganar sino de la posibilidad de estar posicionado en el imaginario colectivo. Por esta razón, ahora viene la etapa del dinero y del amago abierto.
En las dos semanas que restan se dará la danza de los mapaches pues al no tener segura la aceptación ciudadana se abrirá la bolsa para comprarla o por lo menos alquilarla.
Se repartirá de todo entre los electores, desde productos comestibles, de construcción, de vestimenta y electrodomésticos hasta dinero en efectivo.
Esto no es nuevo, claro, sino lo particular es que algunos distritos el voto se está encareciendo, sobre todo para el Revolucionario Institucional, sobre el cual pesa la inconformidad popular por el mal desempeño de los gobiernos federal y estatal.
Así por ejemplo en Acayucan el costo para comprar a un votante comenzó con 300 pesos y ahora oscila en los 2 mil pesos, en Boca del Río ya ofrecen 2 mil 500 pesos y la promesa de elevarlos a 4 o 5 mil pesos para que sufraguen a favor de la oaxaqueña Carolina Gudiño –no hay que olvidar que su promotor, el impresentable exgobernante estatal, acuñó esa frase obscena de que “en política todo lo que se puede comprar con dinero, sale barato”-. Algo parecido sucede en Tuxpan donde la promesa de un voto a favor del exvocero estatal, Alberto Silva ya tocó la frontera de los dos mil pesos.
En Orizaba pagan menos, Fidel Kuri no ha rebasado la línea de los mil 500 – además la leyenda cuenta que es muy avaro- aunque al igual que en el puerto de Veracruz donde la priísta Ana Guadalupe Ingram se confía en que compró previamente a la panista Gabriela Ramírez. La mala noticia es que la abanderada azul no es la rival a vencer sino la corriente panista que encabeza el excandidato a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes capaz de hacer ganar hasta a un autista. No olviden el caso del distrito de Córdoba en las elecciones federales pasadas donde ganó Leticia López Landero quien nunca hizo campaña sino que se la pasaba apostando en un casino del parque San José.
Pese al proselitismo de brazos caídos, la señora López derrotó al abanderado del tricolor, Francisco Cessa Servín, aún cuando éste tuvo a su favor el dinero estatal, operado por el entonces subsecretario de Finanzas, Gabriel de Antes –en realidad se robó la mayoría del dinero enviado a ese distrito, dicen sus malquerientes- y el presupuesto municipal pues el ayuntamiento era gobernado por Francisco Portilla Bonilla, un fidelista de vieja cepa y de peores mañas. Entonces, Ingram Vallines pudo haber negociado con la panista Ramírez un triunfo fácil pero no tiene la seguridad de alcanzarlo pues tiene que vencer a los Yunes azules.
De esta forma y de acuerdo a los criterios de quienes conocen estos asuntos, los votos más caros para el tricolor están en los distritos de Boca del Río, Acayucan, Tuxpan, Orizaba –donde Kuri Grajales también tiene en contra al ayuntamiento local y a la dirigencia municipal del tricolor- y el puerto de Veracruz. Ah, pero eso solo en la temporada formal de campaña porque si se habla del costo global de cada sufragio desde antes de las precampañas, el distrito que se lleva las palmas es Cosamaloapan.
A tiro de pájaro, los expertos estiman que cada voto a favor del extesorero estatal, Tarek Abdalá, oscilaría en 20 mil pesos por todo lo que lleva gastado con cargo al erario. En ese orden esta la cotización del voto para los tricolores. Por supuesto que los panistas tampoco se quedan atrás, hay un reparto similar de sobornos en especie y en efectivo aunque en esta ocasión tienen a su favor las estadísticas porque tal partido sería el más beneficiado con un voto de castigo por parte de los ciudadanos.
Desde el tricolor se repite con insistencia que ganarán 17 de los 21 distritos electorales, dejando solo cuatro para la oposición pero hay estrategas priístas que se dicen escépticos y afirman que si el PRI logran ganar la mitad, o sea entre 10 y 11 distritos, será un triunfo para danzar de alegría porque los augurios son de un declive tremendo.
Es más, sostienen que las únicas demarcaciones “seguras”, así entre comillas, para el PRI son seis: Cosoleacaque, Pánuco, Minatitlán, Cosamaloapan, Tuxpan y Acayucan, y cada uno de estos distritos tiene sus razones, algunas muy mal olientes.
Por ejemplo, en Acayucan y Pánuco no solo cuenta el voto comprado y los operativos de mapachería sino también la injerencia del crimen organizado que está de lleno en el activismo electoral. En Minatitlán se le apuesta a la fuerza del sindicato petrolero y a la debilidad de los opositores. En Cosamaloapan y Tuxpan ya se explicaron las razones, el dinero para comprar votos, y en Cosoleacaque porque los hermanos Vázquez Parissi han construido un entramado de clientelismo que incluye también la coacción de los opositores.
El candidato priísta en ese distrito es Cirilo Vázquez Parissi -hijo del extinto pistolero Cirilo Vázquez Lagunes, famoso por el apodo de “El Cacique del Sur”- acaba de terminar su gobierno como alcalde de Cosoleacaque, mismo que le heredó a su hermano menor Ponciano Vázquez y éste desde la alcaldía opera abiertamente para costear la campaña del pariente.
En fin, en las cuentas reales seis distritos serían priístas después del 7 de junio y el resto, 15 distritos los ganaría la oposición – y de ellos, 14 serían para Acción Nacional y uno para la coalición formada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT) en Jalapa Rural donde postularon a exdirigente cenecista, Constantino Aguilar, y donde también el candidato del PRI y exsecretario de Educación, Adolfo Mota Hernández tiene a todos en su contra, incluidos a los mismos priístas.
Obviamente los pronósticos son a dos semanas de finalice la etapa de campaña y a tres de que se realice la jornada electoral. Habrá que esperar las bombas mediáticas que muchos prometen hacer estallar contra sus contrincantes y también la avalancha de dinero para comprar voluntades electorales, aunque muchos –incluidos los priístas de viejo colmillo que están curtidos en las artes electorales- no ven con mucha esperanza que se pueda enderezar la barca tricolor que ya tiene medio cuerpo hundido.
PERSECUCIÓN
Una noticia que no debe pasar por alto, sobre todo en la zona centro del estado, es la detención de tres campesinos de Jacomulco, sucedida a mitad de la semana pasada pues eso refleja que el aparato judicial del estado está más que listo para golpear a todos los que se opongan a los intereses de la transnacional Odebrecht que es la beneficiada con los contratos para construir centrales hidroeléctricas en los ríos veracruzanos.
Los activistas aprehendidos por la policía estatal son Adrián Hernández Navarro, Eladio Ruiz Morales y Ernesto Texon Ochoa que integran el Colectivo Pueblos Unidos de la Cuenta de Pacho Viejo, la cual aglutina a todos los ambientalistas y ejidatarios que rechazan la construcción de una presa hidroeléctrica en el río Pescados pues la misma ocasionará la devastación de flora y fauna en la región además del daño económico por el despojo e inundación de tierras de cultivo, pastoreo y de vivienda.
La Fiscalía estatal acusa a los labriegos de un fraude financiero en contra del Comisariado Ejidal del lugar pero lo burdo
es que ese juicio contenido en el expediente 34/2013 fue sobreseído el año pasado, es decir, ya no tiene efecto porque no se encontraron pruebas para responsabilizarlos.
Sin embargo, el gobierno veracruzano resucitó el expediente penal para encarcelar a los activistas y tratar de debilitar al movimiento ambientalista que se opone al complejo hidroeléctrico.
No hay que olvidar que en la cuenca del río Blanco también hay un movimiento de oposición al proyecto hidroeléctrico conocido como El Naranjal, y que tiene su centro de activismo en Amatlán de los Reyes donde ya mandaron a asesinar a un activista, Noé Salomón Vázquez Ortiz, en agosto del 2013.
Allí también podría venir otra oleada de represión contra los ambientalistas porque los intereses financieros tras esos proyectos son enormes.
Al momento se sabe que en los municipios que serán tocados por la infraestructura de la presa, hay personeros tanto del gobierno estatal como de la empresa Odebrecht que están amenazando y hostigando a campesinos que no quieren vender sus terrenos a precios de miseria. Esa es la forma de operar del holding brasileño Odebrecht pues lo ha hecho así en decenas de países latinoamericanos donde ha recibido contratos para la construcción de presas, carreteras, puentes y complejos industriales, la mayoría enmarcados en actos de corrupción y sociedades inconfesables con políticos y funcionarios locales.
Desde el sexenio pasado, el impresentable viajó a Salvador Bahía en Brasil, sede de la transnacional para pactar el negocio del agua en la entidad veracruzana, y no solo le darán a Odebrecht la construcción de las presas en varios ríos y parte del usufructo por la generación de energía eléctrica sino también le entregarán los organismos operadores de agua potable, principalmente el Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) en la conurbación Veracruz- Medellín de Bravo – porque Boca del Río se separó de ese proyecto- y la Comisión Municipal de Agua Potable y Saneamiento (CMAS) en Jalapa.
Y claro, ese pacto de negocios se mantiene y se impondrá a sangre y fuego porque los ex funcionarios veracruzanos que lo impusieron llevan una tajada de las ganancias.