Córdoba.- Los hechos violentos de los últimos años en Córdoba y la región preocupan a voluntarios de la Cruz Roja, quienes temen sufrir una agresión de los grupos delincuenciales.
Alfredo Heredia, con 25 años de servicio, reconoció que el panorama ha cambiado, especialmente en el tema de seguridad.
“Antes, hablar de balaceras era una vez cada quince días, ahora prácticamente se registra una balacera por día, ya sea por un asalto o un ajuste de cuentas, todo esto resulta preocupante para la familia de cada paramédico”, mencionó.
Explicó que es un tema alarmante, tanto a nivel corporación, como a nivel personal de cada paramédico que está en servicio, el que deban salir a atender a un herido de bala.
Explicó que una de las maneras para garantizar su seguridad es mediante el protocolo “Acceso más seguro”, a fin de que el voluntario pueda acceder a la zona con seguridad.
Reconoció que existe el temor de que la situación se pueda tornar más peligrosa, como en otros estados en donde se presta el servicio y todavía se escucha la balacera “porque vienen a rematar al caído o siguen ajustando cuentas”, dijo. Peor aún, en otros lugares son comunes los casos en que ya se llega a atentar contra los mismos paramédicos; ya sea bajandolos de la ambulancia o atemorizándolos para saber a dónde llevarán al herido.
“Sí nos preocupa que se llegue a presentar esta situación, pero ese es nuestro servicio”, expresó.
Aunque hasta el momento las zonas de mayor riesgo son Cuitlá-huac, Yanga y Córdoba, Alfredo Heredia reconoció que como parte de este temor, la participación de los voluntarios podría verse afectada, pues hasta el momento saben de dos casos directos en que las familias prohibieron a los hijos formar parte de este grupo de socorro.
Pese a la inseguridad, los paramédicos no deben de perder la pasión por servir, pero es mejor no prestar atención, a ese aspecto, porque es importante hacer conciencia sobre el tema de prevención, para evitar accidentes, explicó Alfredo Heredia.
Con todo y su experiencia como paramédico, uno de los episodios más tristes de su vida, fue no poder salvarle la vida a su abuela. Aunque por otro lado, una de las experiencias más gratificante es saber que sus conocimientos colaboraron a participar en el nacimiento de sus hijos.
Por ello, invitó a los jóvenes a unirse a la Benemérita Cruz Roja.