Bolivia.- En 2050, cerca de mil millones de personas vivirán en ciudades sin suficiente agua, según datos del Banco Mundial. Esto sucederá en gran medida por el aumento de la población y, en consecuencia, la creciente demanda.
A pesar que Latinoamérica cuenta con alrededor del 31 por ciento de los fuentes de agua potable en el mundo, podría ser una de las regiones más afectadas en una eventual crisis provocada por cambio climático.
¿Qué se puede hacer ante una eventual crisis en el suministro de agua? ¿Cómo se puede garantizar agua para el futuro? Entrevistamos a Wambui Gichuri, gerente de recursos hídricos para América Latina y el Caribe del Grupo Banco Mundial:
Pregunta. ¿Cómo está posicionada América Latina y el Caribe en materia de agua y saneamiento en comparación con otras regiones?
Respuesta. América Latina y el Caribe cuentan con la cobertura más alta de agua potable de las regiones en desarrollo (94 por ciento). Sin embargo, los índices de cobertura varían ampliamente entre países y entre las zonas rurales y urbanas de un mismo país.
Por ejemplo, en Uruguay más del 96 por ciento de la población cuenta con acceso a instalaciones de saneamiento mejoradas, frente a menos de la mitad de la población en Bolivia (46 por ciento) y casi la cuarta parte (24 por ciento) en Haití.
Aproximadamente 37 millones de personas carecen de acceso a agua potable, y casi 110 millones no tienen acceso a saneamiento. Los países con el menor acceso al agua potable de América Latina son: Haití, República Dominicana, Nicaragua, Ecuador, Perú y Bolivia.
En algunos países, como el Perú, en donde cerca del 90 por ciento de la población cuenta con abastecimiento de agua, el servicio presenta importantes limitaciones, con un suministro intermitente, baja presión y calidad deficiente del agua potable.
Pregunta. Algunos expertos y especialistas advierten constantemente sobre “una crisis del agua” a mediano plazo. ¿Qué tan cierto es? ¿Cuál es el futuro de los recursos hídricos en la región?
Respuesta. A pesar de contar con alrededor del 31 por ciento de las fuentes de agua dulce en el mundo, Latinoamérica será una de las regiones más afectadas por el cambio climático, por el posible aumento de las inundaciones y sequías, la reducción de la superficie agrícola y una posible pérdida de terrenos ubicados en zonas de baja altitud. Aún no se conoce el impacto de estos cambios en toda su magnitud, pero los expertos coinciden en que la disminución de las reservas de agua será uno de los primeros efectos en manifestarse, y uno de los más dramáticos.
Por ejemplo, las proyecciones muestran que habrá escasez de agua en los Andes, donde el retroceso de los glaciares y las sustanciales reducciones de los patrones de precipitaciones han afectado el suministro de agua significativamente durante los últimos siete años. El desafío es mejorar la forma en que se gestiona los recursos hídricos y se construye la infraestructura, por ejemplo, sistemas de almacenamiento y distribución, así como formas de asignar el agua a toda la gama de sectores productivos, con la finalidad de fomentar el crecimiento económico de una manera sostenible ecológicamente y socialmente incluyente.