Hoy, 23 de abril, la Iglesia católica en la Diócesis de Orizaba está de fiesta por la Ordenación Episcopal de monseñor Eduardo Cervantes Merino, un sacerdote que viene de la sede de Tuxpan, en el norte de Veracruz.
Un nuevo padre en la fe es quien llega a la ciudad y lo espera su clero conformado por 89 sacerdotes, de estos 85 son diocesanos y cuatro franciscanos; además de 12 comunidades religiosas y 500 mil católicos.
La Diócesis es una jurisdicción territorial de la Iglesia y cada una constituye una particular, cuya máxima autoridad es el Obispo que en este caso gobernará 28 municipios divididos en conjuntos de parroquias denominadas decanatos.
La Diócesis de Orizaba se caracteriza por sus ambientes indígena, rural y urbano, se divide en seis decanatos que son: Fabril, Zongolica, Tequila, Citlaltépetl, Ixtaczoquitlán y Orizaba.
Para su mejor administración se designa al frente de cada núcleo a un decano, que es uno de los párrocos de la circunscripción.
Es una de las más jóvenes –igual que en el caso de Córdoba– de las ocho que hay en la Provincia Eclesiástica de Xalapa, y es fragmentada de la Arquidiócesis de Xalapa, creada el 15 de abril de 2000, un año jubilar, por la Bula Auditorium Ferre del papa Juan Pablo II.
La Bula Pontificia es el documento papal con un sello del mismo nombre, de plomo u oro.
Desde el siglo XI, lleva impresa las efigies y los nombres de los apóstoles Pedro y Pablo. Las bulas se expiden por la Cancillería Apostólica para regular asuntos importantes de la Iglesia. Se distinguen en solemnes y menores, con base en la existencia de la firma del Pontífice Romano.
Esta región se caracteriza por la laboriosidad y el espíritu religioso de su población; expresión de ello es la abundancia y belleza de sus templos, la fecundidad en las vocaciones sacerdotales, a la vida consagrada, así como la participación viva y entusiasta de los seglares. De hecho, la ciudad de Orizaba y la Iglesia crecieron juntas en estrecha relación.
La plaza de toros La Concordia es el recinto donde se darán cita obispos de distintas partes del país, sacerdotes de Orizaba, Tuxpan y de otras Diócesis invitadas.
De acuerdo con lo programado, el Nuncio Apostólico, representante del Papa en México, monseñor Christophe Pierre, será el Obispo Consagrante, mientras que el Arzobispo de Xalapa, monseñor Hipólito Reyes Larios y el señor Obispo de la Diócesis de Tuxpan, monseñor Juan Navarro Castellanos fungirán como co-consagrantes.
La Comisión Diocesana de Pastoral Litúrgica tiene a cargo la celebración eucarística con el rito de la Ordenación Episcopal bajo la dirección del presbítero Javier Onofre Valeriano, maestro de las celebraciones litúrgicas.
En tanto que el Coro Diocesano está bajo la dirección del maestro Eduardo López Loyo de la Comisión de Música Litúrgica y habrá una participación especial de la Schola Cantorum del Seminario Diocesano la Sagrada Familia.
DECANATOS
Orizaba:
El decanato de Orizaba es la sede de la Diócesis; aquí se asienta la Curia Diocesana, es decir el órgano que expresa el conjunto organizado de oficios individuales y colegios que colaboran habitualmente con el Obispo en el gobierno y la administración de los elementos que conforman esta encomienda; en esta ciudad está la iglesia madre, es decir, la Catedral de San Miguel Arcángel, la sede, la silla del Obispo, la que a partir de mañana 24 de abril, no será vacante.
En este decanato hay 28 sacerdotes y se caracteriza por tener un gran número de grupos y movimientos católicos que incluyen niños, adolescentes, jóvenes, adultos y matrimonios. De igual modo se poseen capillas de Adoración Perpetua, que permanecen abiertas las 24 horas del día con el Santísimo.
Ixtaczoquitlán:
con cinco parroquias y dos rectorías, los sacerdotes atienden las necesidades espirituales de las comunidades que muestran una mezcla de actividades laborales que van desde el campo hasta la industria y el comercio. Con un celo especial y distintivo de su religiosidad popular, perseveran las mayordomías, legado de comunidades indígenas antiguas. Este decanato es sede de la casa de formación del Seminario Diocesano.
Citlaltépetl:
Al pie del Pico de Orizaba está la sede de este decanato, incluye ocho parroquias con sus ambientes rural, campesino e indígena, alberga el semillero de vocaciones sacerdotales, el Seminario Diocesano la Sagrada Familia, situado en Mariano Escobedo.
Abarca localidades como Maltrata que además es la sede del Decanato y que al igual que el resto de comunidades rurales y campesinas enfrenta el desafío de la migración y pobreza.
Fabril:
La sede de este decanato es Ciudad Mendoza, incluye siete parroquias, una rectoría, una cuasiparroquia y una capilla. Su nombre se debe a que en esta zona existía un corredor industrial que comprendía hasta el municipio de Ixtaczoquitlán.
Tal como ocurre en la mayoría de los decanatos, también se anima a los fieles para que mediante la evangelización encuentren parte de las respuestas a los problemas sociales de la actualidad.
Tequila:
Este decanato pertenece a la región-Sierra de Zongolica de habla náhuatl y su sede decanal es Necoxtla, equivale al 60 por ciento del territorio diocesano, lleva el nombre de Tequila por el pueblo, parroquia y municipio más antiguos, pero además por ser el lugar más céntrico de lo que comprende todo el territorio decanal.
La riqueza cultural está en usos y costumbres, ritos, vestimenta, tradiciones y gastronomía, tiene ocho sacerdotes y un párroco.
Zongolica:
Tiene cinco parroquias y una rectoría.
Es muy rico en costumbres y entusiasmo para la celebración de fiestas de sus santos patronos. Ritos como el Xochitlallis que antecede a la siembra de maíz o emprender una obra material, el Xochikoskatl, collar de flores; el kuaikpak, corona de flores; y el Xochimanalli, la flor de mano, signos que resaltan y valoran la vida de los habitantes.
Las mayordomías y celebración de sus santos patronos prevalecen en todas las comunidades donde además se sabe que el 60 por ciento de los habitantes conservan su lengua madre, el náhuatl.