Córdoba.-Al celebrar el memorial de la Pasión de Cristo por primera ocasión y después de casi 2 mil años donde las reglas del Vaticano determinaron que sólo hombres podrían participar en el ritual, el Obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal lavó los pies a laicos, sacerdotes, mujeres y religiosas, como símbolo de una “cadena de regalo de Dios”.
El rito del Jueves Santo representa el lavado de pies que Jesús hizo a sus apóstoles antes de ser crucificado y se considera un gesto de servicio, Monseñor destacó se trata de una acción mucho más profunda, pues además de ser un acto de humildad es la antesala que significa la muerte de Jesús en la cruz, y la llegada de la luz con la que “Cristo se acerca para darnos ese amor”.
Durante su mensaje lamentó que la situaciones de violencia e inseguridad sigan dañando la tranquilidad de las familias, sin embargo reiteró que el amor de Cristo es tan grande que sirve para perdonar a todos los que nos han ofendido, amar y hasta corregir con humildad, con la “humildad de quien lava los pies”, pues es Cristo quien da muestra que no estamos solos, da consuelo a los que sufren y desanimados, levanta a los enfermos y guía a quienes no encuentran la salida, al ser la paz y el camino hacia el bienestar.
Por ello, señaló que aunque cada sacerdote y obispo son sólo transmisores del mensaje de Cristo, este se debe fomentarle para hacer crecer esa semilla de amor que hará crecer los frutos.
En una petición especial se oró por los más pobres, por los sacerdotes, pero principalmente por todo el resto de la sociedad para que “vivamos unidos en la comunidad fraterna”.
