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11 de los 43 muertos tenían señas de tortura

Superiberia

México.- Familiares y vecinos de 11 de los 43 muertos el pasado 22 de mayo en un enfrentamiento entre fuerzas federales y presuntos integrantes del crimen organizado en el Rancho del Sol, ocurrido entre los municipios de Tanhuato y Ecuandurero, en el estado de Michoacán, denunciaron al diario The Washington Post que los cuerpos de sus parientes tenían señales de tortura.

 

De acuerdo con el reportaje publicado por el periodista Joshua Partlow, Graciela Pineda, madre de Martín Felipe García Pineda, uno de los asesinados, aseguró que ella junto con amigos han estudiado las fotografías que han circulado en Internet sobre los enfrentamientos, dijo que descubrieron quemaduras visibles y extremidades rotas en los cuerpos de los fallecidos.

 

“Otros vecinos les dijeron que los cuerpos de sus hijos regresaron castrados o con picaduras en los dedos y les faltaban dientes y ojos. Ellos toman estas señales en el sentido de sus hijos fueron torturados y ejecutados, en lugar de morir en un tiroteo como dice la policía”, detalla
el texto.

 

De acuerdo con la publicación, Martín Felipe García Pineda se crió en Ocotlán, Jalisco, y comenzó a trabajar a los 15 años, tenía trabajos con baja remuneración como cuando laboró de guardia de seguridad y en una gasolinera.

 

“Su pasión era la lucha libre, su nombre en el ring fue El Drako. El deporte lo llevó a las ciudades regionales, pero se ganó poco practicándolo. A principios de esta primavera le dijo a su familia que había tomado un trabajo junto con varios amigos del barrio en el Rancho del Sol, ubicado en el kilómetro 370 de la autopista México Guadalajara, en Tanhuato Michoacán”, describe el reportaje.

 

The Washington Post señala que 11 de los 43 presuntos delincuentes asesinados en el enfrentamiento provenían de un barrio pobre ubicado del estado de Jalisco.

 

“Los hombres asesinados por la policía a principios de este mes en uno de los más mortíferos enfrentamientos de la guerra del narcotráfico en México provino de los bloques de Infonavit 5, un barrio pobre de Ocotlán, en el estado de Jalisco. Los familiares y vecinos no discuten que al menos algunos de ellos pueden haber trabajado para el Cártel de Jalisco Nueva Generación, pero eso no importaba para los habitantes de la comunidad”, expone el reportaje.

 

La policía, dijeron al diario, era quien tomaba las cosas de las tiendas de la esquina sin pagar y le faltaba al respeto a las mujeres de la zona.

“La gente no sale a la calle porque tienen miedo del gobierno”, dijo Graciela Pineda, quien reveló al periódico que Martín es el segundo de sus hijos que es asesinado por las autoridades en los últimos tres años. “Estos chicos no le faltaban el respeto a nadie. Se ocupaban de nosotros”, dijo.

 

Más de la mitad de los que murieron provenían de Ocotlán, una ciudad de cerca de 100 mil personas que figuran en medio de campos de fresas y alfalfa.

 

En el funeral de otro de los asesinados que era originario de Infonavit 5, la multitud coreaba maldiciones contra el Gobierno, narra el diario.

“El Gobierno captura y asesinado a todos”, dijo un hombre cuando salía del servicio funerario, “fue una masacre”.

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